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Mostrando entradas de diciembre, 2014

La vigencia del melgarejismo

¿Creéis que el Melgarejo del sexenio hubiera sido lo que fue si en todas las frentes hubiera leído la reprobación, si en todas las miradas hubiera visto el destello de la indignación, y si en todas las conciencias hubiera adivinado el anatema? Thajmara Al revisar la historia de Bolivia, como, en general, pasa con aquélla que pertenece a naciones del Tercer Mundo, uno encuentra gobernantes pintorescos, dicharacheros, cómicos, aunque también sanguinarios, monstruosos y preponderantemente perjudiciales para sus conciudadanos. Con seguridad, en ese campo, la monotonía no es una de las características primordiales. Ningún individuo que osara resumir el pasado sufriría por ese problema conocido como aburrimiento. Pero el precio de tal peculiaridad es elevado, pues, mientras más llamativas sean las autoridades, mayores serán los desbarajustes e insensateces que produzcan. En este orden de razonamiento, resulta preferible el tedio que traen consigo hombres sin atributos espec

Por una diplomacia que rechace tiranías

Ésta es la máxima esencial que deberá orientar al político moral: si en la consolidación del Estado o en las relaciones entre Estados, hay vicios que no pudieron evitarse, es obligatorio, en especial para los gobernantes, remediarlos tan pronto como sea posible… Immanuel Kant La naturaleza no impone a las personas ninguna clase de asociación; cuando esto se consuma, tiene como justificación el más franco e innegable interés. Yo no estoy obligado a relacionarme con alguien que, mediante sus conductas o aun ideas, procura la devastación de condiciones en las cuales me siento a gusto. Anular esa libertad es atentar contra uno de nuestros mayores tesoros; las imposiciones en ese campo son un agravio que no merece la indulgencia. Pese a su importancia, no descarto que, al momento de establecer lazos con los demás, muchos hombres sean dominados por caprichos e impulsos meramente viscerales. Desde su perspectiva, las reflexiones al respecto serían superfluas. El punto negativo e

Otro monstruo de la izquierda

Nosotros no queremos amabilidad, nosotros queremos la guerra. Mao Zedong Los enemigos del liberalismo, al que acusan de ser inhumano, entre otras cosas fantásticas, no tienen un pasado perfecto. Es verdad que sus discursos están recargados de altruismo, aparentando un insuperable amor por todos los hombres. Si uno se atuviese a las intervenciones públicas de sus adeptos, los criterios al respecto serían sólo positivos. Aun las miserias ocasionadas por sus ideas en el campo económico podrían observarse sin tanto rigor, pues, en resumen, el bienestar del semejante les habría causado auténticas preocupaciones. Sin embargo, cualquiera de las peroratas que pronuncian sus representantes encuentra objeciones contundentes para ser creída. Gracias a la realidad, cuya frialdad no es perturbada por sus patrañas, conocemos que los ensueños del colectivismo se convirtieron en brutalidades. Es irrelevante que, para evitar la revelación de sus deméritos, se opte por desconocer toda