La república no es nada, sólo un nombre sin sustancia ni forma. Cayo Julio César Desde la Edad Antigua, gracias a Platón y Aristóteles, entre otros pensadores, se ha discutido acerca del mejor modo de organizar políticamente una sociedad. Un debate central tiene que ver con la decisión de respaldar el Gobierno de las leyes o aquél sometido a cualquier antojo de los hombres. No es un tema menor, pues, gracias a la estructura que se levante, pueden multiplicarse los infortunios. Lo señalo porque, a partir del año 527 a. C., quien plantea la instauración de repúblicas tiene como ideal establecer un régimen en donde reinen las reglas jurídicas. Todos, tanto gobernantes como administrados, contarían con la obligación de cumplir las normas que sean adoptadas para regir nuestra coexistencia. Siguiendo esta lógica, ninguno estaría libre de ser castigado por incidir en su incumplimiento. Subrayo que, aun cuando parezca demasiado elemental, este principio continúa siendo difícil ...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.