Pero éste rechazó la segunda condición después de haber aceptado la primera porque ella ya no le planteaba una cuestión de intereses, sino una cuestión de principios y, a la inversa de los intereses, los principios no son negociables. Mariano Grondona Cuando una persona no tiene principios ni valores que la restrinjan, su venta es perfectamente posible. Lo único que puede dificultar esta operación es el precio. En general, los individuos acostumbran pedir más de lo que valen sus productos, causando el disgusto del comprador. Siendo la pretensión demasiado alta, los comerciantes empezarán una suerte de disputa que finalizará cuando nadie se sienta del todo engañado. Es innegable que un lance como éste podría ser evitado si, en vez de proponer la transacción, se optara por el apoderamiento ilegítimo. Un ladrón no tiene que sufrir por las obstinaciones del mercader. Empero, como la tradición es contraria al despojo, conviene decantarse por las molestias de una negociación....
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.