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Mostrando entradas de octubre, 2008

El reto de ser coherente

- José Ortega y Gasset asevera que la ética es «el arte de elegir la mejor conducta». Desde luego, esta noción debe ser complementada según criterios que diluciden cómo establecemos la ruindad o nobleza del acto evaluado. Hay planteos que, para determinar si alguien obró apropiadamente, se limitan a considerar las consecuencias; así, cuando el efecto es positivo, la causa sería límpida. Por otro lado, existen juzgadores del comportamiento que lo ponderan sin mensurar sus repercusiones, pues prefieren examinarlo teniendo en cuenta su propio y actual mérito. Asimismo, finalizando las opciones más remarcables, una tercera corriente invalida todo desempeño que contradiga la posición adoptada precedentemente. Esta última propuesta tiene a la coherencia como piedra de toque; por ende, quien proceda en armonía con los valores y principios que han marcado sus anteriores decisiones no recibirá ningún reproche: su conducta será calificada de íntegra. Desde que la insania de alterar, s

La caída del tiempo

Roberto Barbery Anaya En el tercer círculo del Infierno, Dante le pregunta a Virgilio si las almas pecadoras seguirán sufriendo después del Juicio Final. El poeta le recuerda que en el camino que recorren las sombras para recuperar la virtud, hay una relación proporcional entre perfección y dolor; que a mayor perfección, mayor dolor... Dante insinúa en este breve pasaje el meollo de la doctrina cristiana. El sufrimiento es el pasaje a la perfección. La dolorosa conciencia del pecador , edificada sobre la idea de la culpa y el arrepentimiento, representa la idea morbosa de la expiación. Literalmente, supone rasparse las rodillas y golpearse el pecho todos los días y todas las noches, cantando a voz en cuello: “Ten piedad...ten piedad...” Es, precisamente, el símbolo geográfico de la piedad cristiana... Sin necesidad de apelar a corrientes seculares de la filosofía, encontramos recetas menos crueles en otras religiones para alcanzar la perfección, como en el caso del

La insensatez de pactar con el verdugo

- Karl Jaspers sostiene que el modo ideal de realización existencial se da gracias a la comunicación. Para que ésta consiga materializarse, el aludido filósofo enuncia llamadas al comportamiento, advertencias útiles si se desea una relación interhumana de tal índole. Entre esas precisiones normativas, recuerdo una que sustenta el compromiso desprendido a favor de los otros. En efecto, existen reservas (actitudes, prejuicios, imposturas, etcétera) que permanecen ocultas porque se busca sólo instrumentalizar al compañero para satisfacer intereses particulares: el otro dialogante queda reducido a simple medio, vetándose toda evaluación seria de sus pareceres. Ahora bien, cuando la finalidad perseguida por el agresor es conocida debido a su desfachatez oratoria, no sirve alegar ignorancia. Teniendo este turbador convencimiento, aun la cortesía se considera prescindible frente al que, amenazando simultáneamente nuestra mismidad, nos depara diálogo. Nadie tiene la obligación de neg