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Mostrando entradas de noviembre, 2011

Artistas del tercermundismo

También es posible (y éste es el caso de América Latina) intentar la emulación, y al no tener el éxito esperado, refugiarse en la mitología como explicación para el fracaso e invocación mágica de un desquite futuro. Carlos Rangel La protesta de los latinoamericanos que, desde posiciones izquierdistas, se consuma frente al resto del mundo es patética. Son lamentaciones de hombres que no quieren asumir sus fracasos, por lo que inventan confabulaciones, enemigos y predestinaciones astrológicas. Según este criterio, hay aquí sólo sujetos que, cuando rompen el grillete de las oligarquías, acceden a un estadio supremo. El universo les habría otorgado una serie de dones que no admiten comparación alguna. Tristemente, aunque sean buenos por naturaleza, dignos del presente más placentero, la malicia de países con alma demoníaca les ha prohibido tener una realidad que sea grata. Serían, pues, víctimas de la voracidad que colonialistas e imperialistas han alentado durante varios s

El intolerable triunfo de la corrupción

La moral colectiva en este punto, insisto, está absolutamente descarriada. Allí no es virtud común la honradez económica. Alcides Arguedas Admito que la burocracia es un mal necesario; no obstante, a menudo, sus vicios me terminan enfureciendo. No es suficiente la mediocridad de quienes integran esa casta. Nadie ignora que, salvando algunas excepciones, su designación fue producto del trabajo realizado a favor de quienes gobiernan; por ende, no se debe esperar una eficiencia ejemplar porque la contratación tuvo designios diferentes. La torpeza es un inconveniente que debemos acostumbrarnos a enfrentar en ese ámbito. A este problema, ciertamente severo, se suma otro que refleja la indigencia moral de su agente. Me refiero a la corrupción, ese oprobio que logró ser idolatrado por cuantiosos sujetos. Los cohechos, la defraudación y las malversaciones de fondos públicos continúan siendo irritantes; no importa que muchos lo consientan. Sin duda, mientras tengamos vida, vale

Frente a la frustración liberal

-   - El hombre es capaz de rectificar sus equivocaciones por medio de la discusión y la experiencia. John Stuart Mill -   Cuando Sebastián Piñera Echenique triunfó en Chile, la emoción de las personas que apuestan aquí por el liberalismo era descomunal. La victoria no debía celebrarse sólo en ese país, pues, cansados de los avances del populismo latinoamericano, todos merecíamos festejar lo que parecía principiar una nueva era. Cabe aclarar que, como no soy siervo de la ingenuidad, nunca imaginé soluciones mágicas. No es accidental que, desde su creación, estas naciones hayan sufrido las perversiones del autoritarismo. Como lo han diagnosticado varios pensadores, el problema de fondo tiene una índole cultural. Son muchas las generaciones que fueron formadas en la escuela del rechazo al individuo y su libertad. Prácticamente, se ha considerado normal incentivar las predilecciones que fundan el sueño de materializar utopías colectivistas. En este escenario, resulta difíci

Alcides Arguedas, apóstol de la crítica

Por eso, si bien muchos de sus trabajos carecen del rigor científico, su obra tiene el valor de una profunda requisitoria moral. Guillermo Francovich La crítica nos salva del aburrimiento, pero también de las estupideces que pueden dañarnos. El día que ningún hombre tenga una queja, mayor o insignificante, la vida se habrá terminado. Es que, mientras existamos, las insatisfacciones se darán en múltiples terrenos. La idea de concretar una felicidad que sea total es ilusoria; por ende, los descontentos jamás desaparecerán. Lejos de ser negativo, esto es conveniente. Pasa que, cuando surge una voz contradictora, la posibilidad de mejorar se hace presente. El progreso que han gestado los individuos está lleno de verdades, conjeturas y refutaciones. La uniformidad de opiniones habría producido sólo estancamiento. Ello hace que uno valore a quienes fueron censores de su época. Reconozco que, por la condición de moralistas, estos mortales pueden ser peligrosos cuando tienen p