Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2019

Los avatares de la razón económica

Para corregir una indiferencia natural, me vi colocado a mitad de camino entre la miseria y el sol. La miseria me impidió creer que todo está bien bajo el sol y en la historia; el sol me enseñó que la historia no lo es todo. Albert Camus En una biografía sobre la Escuela de Frankfurt, Martin Jay observa el desprecio sentido por sus representantes hacia temas económicos. En efecto, tanto Horkheimer como Adorno, por ejemplo, no se dedicaron a profundizar al respecto. Es cierto que un pensador puede optar por concentrar sus recursos en una materia determinada, como la cultura, creyendo prescindible lo demás. El problema es que, cuando se pretende la crítica de todo un sistema, cuyo elemento económico resulta fundamental, su indagación debe ser forzosa. No se trata de quitar mérito a otras reflexiones que hicieron; el punto es subrayar una deficiencia nada menor. Hubo otros autores que caminaron por esos mismos pagos. Recuerdo que, cuando Régis Debray carga las tintas c

La izquierda latinoamericana y el mito de Evo Morales

Experimentaron un impulso generoso de indignación ante el mal y de solidaridad con las víctimas. Pero insensiblemente, de compromiso en compromiso, se vieron envueltos en una malla de mentiras, falsedades, engaños y perjurios hasta que perdieron el alma. Se volvieron, literalmente, unos desalmados. Octavio Paz   Todos sus grandes ídolos tienen pies de barro. No importa que se hayan esforzado tanto, mediante biografías o proclamas rimbombantes, atribuyéndoles una interminable lista de virtudes. En algún momento, cuando la realidad resulta ya inocultable, sus miserias se cuentan sin complicaciones. Pensemos en Fidel Castro, el máximo representante de su santoral. Pueden presentarlo como una criatura celestial, un hombre a quien servir al prójimo, incluso amarlo sin poses, sería imperativo. Lo cierto es que, durante sus años en el poder, su desprecio por la dignidad humana fue contundente. Incontables personas fueron perseguidas, detenidas, ejecutadas, debido a su disidenc

No hay golpe, sino rebelión contra la tiranía

¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice que no. Albert Camus Por cada una de las muertes que produjo su Gobierno. Pienso en Christian Urresti, a quien sus movimientos sociales mataron en la calle, sin olvidar al joven Limbert Guzmán, reciente víctima de la misma barbarie. No existe un solo régimen que, en la Bolivia contemporánea, supere sus cifras de brutalidad. Han utilizado a policías y miltares, sin duda; no obstante, el protagonismo fue asumido por sus hordas. Porque dejemos de lado su idealización. Mucho se ha hablado, escrito, debatido, reflexionado sobre su aporte a la democracia. Se ha llegado al extremo de plantear que sus actuaciones sirvieron para mejorar nuestra convivencia. Lo cierto es que, si revisáramos cuáles fueron sus prácticas durante los gobiernos del tirano, no quedaría nada para realzar. Fueron quienes cercaron ciudades, hostigaron autoridades, maltrataron parlamentarios, levantaron las banderas del autoritarismo sin un ápice de pudor: hi