El mundo está gravemente enfermo de incredulidad y correlativamente de feroces dogmatismos. Ernesto Sabato Aunque pueda multiplicar sus preocupaciones, agobiándolo frente a interrogantes y paradojas, el pensamiento es una de las facultades más valiosas del hombre. No desconozco los beneficios que uno encuentra gracias a otras potencias. Desde hace mucho tiempo, la racionalidad ha demostrado su ineptitud para garantizarnos, por sí sola, una vida que se considere feliz. Teniendo nuestra naturaleza facetas que no responden a esos dictados, cuya obediencia se vuelve hasta imposible en determinadas circunstancias, evitar la divinización de las reflexiones es un acierto. Los caminos que conducen al bienestar no tienen siempre a la lógica como guía. Sin embargo, esto no equivale a despreciar los ejercicios del intelecto, la búsqueda de respuestas, el heroico esfuerzo por disminuir las dudas que nos acompañan con obstinación. Estas labores, tan productivas cuanto forzosas –salv...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.