Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2009

Habla un liberal impenitente

- El liberalismo es la mayor doctrina filosófica, política y económica que los hombres han procreado. Sus ideas fueron maduramente hilvanadas por razonadores que supieron colocar la libertad individual, eterna molestia para los tiranos, en el centro de las elucubraciones. No es fútil resaltar que, desde presocráticos hasta utilitaristas, se pueden hallar elementos coherentes con el discurso liberal, pues sus proposiciones abrevan de variadas fuentes. Además, como repele la quietud ordenada por el dogmatismo, esta corriente del pensamiento humano nunca quedará encerrada entre murallas que hayan sido erigidas a fin de mantener indemnes algunas premisas o conclusiones. La consagración de una verdad es inimaginable si se ponderan los lineamientos que orientan este producto del orbe occidental. Es que no hay nadie más dispuesto a debatir sobre sus máximas que los liberales; de concretarse, las modificaciones develarían un meritorio espíritu crítico, cuya presencia es imperiosa en e

H.C.F. Mansilla, el portento de la crítica impopular

- - Yo aspiro a finar con un libro en la mano, tal vez como prueba de una pasión que nunca conoció marasmos ni sufrió declives. Aun cuando las ojerizas se triplicaran, mi adicción a los volúmenes continuaría reproduciendo hábitos que lindan en la hurañía. Esta insania torna comprensible que hablar sobre los autores predilectos sea una invitación al éxtasis. Lejos de ser exagerado, el aserto denota plena franqueza: me conmueve la recordación del escritor que, merced a su talento y esfuerzo, alegra esta vida tentada por el estoicismo desde hace varios años. En este sentido, ahíto de las minucias que alimentan la política nacional, redactaré algunas líneas para dejar constancia de mi propensión a disfrutar los textos confeccionados por Hugo Celso Felipe Mansilla Ferret, cuya obra pervivirá entre aquéllas que construyeron magníficos intelectuales. Cabe anotar que, si hay frases ditirámbicas, éstas irrumpieron a pesar de mi comedimiento. Incluso por mi descabalado y rudimentario