La sobreproducción de leyes y disposiciones y, al mismo tiempo, la desidia y lentitud administrativas ocasionan la imposibilidad de aplicarlas en la praxis, lo que conduce directamente al corolario: obedezco pero no cumplo, como se decía en la era virreinal. H.C.F. Mansilla En este país que parece haber nacido bajo el signo de la desgracia, cumplir todo lo dispuesto por las leyes es complejo, quizá imposible de llevar a cabo. Uno de los problemas capitales tiene que ver con su cantidad. Pasa que, herederos del ordenancismo español, muchos bolivianos han cedido a la tentación de crear normas para solucionar cualquier inconveniente, concibiendo reglamentaciones tan minuciosas cuanto diversas. La pretensión es no dejar espacio alguno que pueda ser ocupado por la libertad; en consecuencia, los mandatos y las prohibiciones reinan con un poder descomunal. La excepción es que los individuos actúen autónomamente. Además, en lugar de perseguir un acatamiento voluntario, ...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.