Ninguna irrupción del instinto puede ya sorprender al hombre moderno, que ha analizado su propia alma en todas sus profundidades y que comprende lo que hay de inevitable en la condición humana. Guillermo Francovich Salvo casos excepcionales, las religiones nos han colocado en la cumbre, poniéndonos por encima de otras criaturas que no cuentan con nuestras dichas o desgracias. Es verdad que avanzamos, bajando del árbol, cocinando gracias al fuego, incluso eligiendo democráticamente a los gobernantes; sin embargo, hicimos también innegables abominaciones. No desconozco que, desde la irrupción del hombre, son muchas las atrocidades atribuibles a esta especie. Más allá del asunto ecológico, en donde abundan los discursos de corte apocalíptico, hemos cometido hechos que no deberían considerarse meritorios. Está claro que no somos perfectos ni, para fastidio de los partidarios del especismo, tampoco una plaga en la Tierra y cualquier lugar donde hallemos cobijo. Cuando ha...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.