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Mostrando entradas de enero, 2023

Educación, desidia histórica e instrumento político

    Cualquier asunto magno lo subordinan a sus preocupaciones inmediatas. Alcides Arguedas   Hay libros que tienen títulos impactantemente imperecederos. No importa que hayan sido concebidos hace años o hasta decenios; toparnos con su portada, leer esas palabras que resumirían el contenido, más aún cuando éste resulta crítico, puede invitarnos a consumar una reflexión provechosa. Ocurre que, si lo cuestionado entonces no ha variado, puede ser por el hecho de haber despreciado las ideas que albergan esas obras. Pienso en esto mientras tengo entre las manos un controvertido volumen que fue publicado el año 1973: ­ La educación como forma de suicidio nacional , del siempre lúcido Mariano Baptista Gumucio. Su autor sostuvo allí que la principal razón del atraso de Bolivia es un sistema educativo estéril, ineficiente y demasiado oneroso. Se observaban falencias en recursos humanos, materiales, financieros. Había ya mucho por hacer; medio siglo después, los males persisten.     No

Las cárceles y el fracaso del Estado

    Consideradas simplemente las verdades hasta aquí expuestas, se convence con evidencia que el fin de las penas no es atormentar y afligir un ser sensible, ni deshacer un delito ya cometido. Cesare Beccaria   Para medir el progreso, podemos recurrir a diferentes criterios. En efecto, si revisamos lo pensado al respecto, es posible que consideremos a la felicidad del mayor número, tal como fue planteado por Bentham, o, según Fourier, los derechos de las mujeres, entre otras perspectivas. Me parece, sin embargo, que el trato recibido por determinadas personas, vale decir, quienes, por distintas razones, se hallan limitados en sus derechos, puede sernos bastante útil. Aludo a los presos, incluyendo individuos con detención preventiva. Porque, si, conforme a lo dispuesto por las leyes, se respetara su dignidad, procurando que haya una efectiva reinserción social, deberíamos toparnos con otra realidad. Es lo que las autoridades del área prometen; peor todavía, pagos de tributos se

Dos clásicos: la mentira y el abuso

    Los materiales de la política son los acontecimientos históricos, las opiniones que se han emitido acerca de ellos y las aspiraciones ideales acerca de lo que debería ser. Leslie Lipson   En ocasiones, la intensidad con que se viven los acontecimientos del presente puede confundirnos. Esto se vuelve más probable cuando no sólo contemplamos, sino también intervenimos en su desenvolvimiento. Esa relación directa con cada suceso, indiscutiblemente, puede conducirnos a concluir que nos encontramos en una situación incomparable. Nada de lo que ocurrió antes serviría para entenderlo. Estaríamos, pues, solos en la problemática que el ejercicio del poder nos impone. Pasa que, claro está, me refiero a la política. Esta obra humana, tal como lo enseña Oakeshott, puede convertirse en un tormento cuando tiene pésimos practicantes. No somos los primeros en padecer su perversión, peor todavía si consideramos temas que nunca dejaron de acompañar a la humanidad. Es cierto que hay aspectos