Ir al contenido principal

Peligros para el animal crédulo




Pero si la gente no es inteligente, se contentará con creer lo que le han dicho, y podrá hacer daño a pesar de la benevolencia más genuina.
Bertrand Russell


Parece correcto que la credulidad no sea una rareza entre las personas. Se trata de una tendencia que no es resistida con firmeza; por el contrario, debido a su simplicidad, lo común es practicarla. Las preferencias del género humano irían por otros rumbos. Nuestra historia está compuesta por siglos en que, con pasión, nos hemos rendido frente al poder de astros, amuletos, animales, superhombres o entidades de distinta denominación. Se ha pretendido eludir el número de incertidumbres que, cuando uno empieza a pensar sin excluir ningún tema, amenazan con agobiarnos. Es el recurso que nos libera del advenimiento de crecientes dudas y perplejidades. Porque es posible que, gracias a esta suerte de anclaje, demos por terminados diversos debates, invitándosenos a una paralizadora paz o, peor todavía, estéril quietud del cerebro.
Dar por cierto algo que no ha sido considerado conforme a un criterio racional, juzgándolo válido sólo por el hecho de presentársenos así, puede causar problemas. En primer lugar, por esa pasividad, nos privaríamos de acceder a conocimientos que, siendo certeros o, al menos, discutibles, mejorasen nuestras decisiones. Habiendo concluido que ya tenemos una certidumbre, cualquier otra búsqueda resulta innecesaria. Es el fin de un espíritu curioso, vacilante, inquisidor, que cede su lugar para beneficio del dogmatismo. Esto implica la clausura del progreso individual, acabando con un despliegue que, para no cesar, necesita de los impulsos escépticos. Es indistinto que las fuentes de la certeza sean propias o ajenas; sin embargo, éstas últimas merecen una condena mayor porque no contienen ninguna contribución nuestra, limitándonos a ser meros replicadores, ordinarias cajas de resonancia.
Además del perjuicio individual, la cuestión puede contar con un carácter colectivo. Pasa que un panorama signado por crédulos puede ser bastante atractivo para quienes son diestros en materia de ilusiones sociales. Obviamente, si se quiere conocer el campo más peligroso, incluso minado, para los ingenuos, cabe pensar en la política. En efecto, cuando toda promesa se halla creíble, mereciendo nuestra cuota de fe, evidenciamos un sustancial desconocimiento del hombre. No se asegura que todos quienes acceden al poder sean engañanecios; resalto cómo la historia nos exige mirarlos con alguna desconfianza. Por haber procedido de manera contraria, muchos individuos fueron conducidos a la guerra, las hambrunas y hasta, cuando hubo un tardío despertar, el patíbulo. La educación ciudadana debería colocar el acento en ese tipo de actitud, ya que su presencia nos evitaría graves penurias.
No se plantea que desconfiemos permanentemente de todo, pues esto sería tan absurdo cuanto dañino: una indecisión perpetua volvería imposible elegir entre dos o más comidas; por ende, moriríamos de hambre. En el nacimiento del filosofar moderno, Descartes frenó su duda cuando se dio cuenta que pensar prueba la existencia de quien lo hace. Por lo tanto, el reto es encontrar los elementos fundamentales que se precisan para no trabajar sobre la nada. Sin esa base primordial, constituida por principios, ideales y premisas, la propia libertad sería un desperdicio. Es que, para ser valiosa, la elección debe responder a un escogimiento mayor: decantarse por una vida en la cual nadie nos impida elegir si creemos o, mejor aún, preferimos la desconfianza. Es el camino que podría salvarnos de quienes piden nuestra libertad, precio demasiado alto, para darnos una supuesta gloria.

Nota pictórica. Alegoría con amantes es una obra que pertenece a Paris Bordone (1500-1571).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vida y obra de Manfredo Kempff Mercado

      Fue un caso extraordinario de entusiasmo y amor hacia la filosofía. Augusto Pescador   1. Aspectos biográficos   Manfredo Kempff Mercado nació el 8 de enero del año 1922 en Santa Cruz de la Sierra. Fue hijo de un médico alemán, Francisco Kempff, y una dama cruceña, Luisa Mercado, quienes tuvieron cinco hijos, los que realizaron aportes de importancia a la sociedad. A propósito, se destaca lo hecho por Enrique, hermano mayor de Manfredo, pues debe ser considerado como uno de los principales escritores del siglo XX en Bolivia. Asimismo, se resalta la figura de Noel, importante biólogo que, trágicamente, fue fatal víctima del narcotráfico, desencadenando una indignación ciudadana que sirvió para repudiar a los que incurrían en esos hechos ilícitos. Nuestro pensador obtuvo su bachillerato en el Colegio Nacional Florida. Luego, contando veintidós años, se tituló de abogado gracias a la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Su tesis, defendida ...

¿Por qué se unirían los candidatos del MAS?

    El cinismo político asume las más variadas formas, desde la más repugnante impudencia hasta las pérfidas astucias diplomáticas. Guillermo Francovich   La política puede relacionarse con diferentes conceptos. Hannah Arendt se decantaba por asociarla con la libertad y Schmitt, a su vez, pensaba en el conflicto. Hay otros enfoques, desde luego; sin embargo, existe uno que me parece hoy más provechoso. Aludo a su lazo con las coaliciones. Porque, conforme a Torcuato di Tella, tendríamos aquí algo que le resulta fundamental. Sin esas alianzas, acuerdos, pactos o frentes, los procesos políticos, peor todavía en democracia, serían esencialmente afectados. Pero no basta con describir este fenómeno. Cabe asimismo la reflexión sobre los motivos que llevan a conformar un grupo con miras al ejercicio del poder. Subrayo que no me refiero a los discursos engañosos, la lírica del amor al pueblo, entre otras tonterías. No, por ética ciudadana, lo que se debe hacer es aventura...

Del respeto a la inteligencia de los electores

    En resumen, el votante típico no es la isla social ni el idiota moral descrito por la teoría económica de la democracia. Es un ciudadano preocupado, si bien frecuentemente engañado y algo holgazán . Mario Bunge   En 1944, estando disconforme con el panorama que protagonizaban algunos periodistas, Albert Camus escribió sobre cómo deberían ejercer su oficio. Remarcó entonces la necesidad de ayudar al público a comprender las noticias, al igual que indicó cuán relevantes eran las reflexiones políticas y morales del presente. Apelaba, pues, a las ideas con el objetivo de señalar un camino que, inevitablemente, se debía transitar para cumplir una función útil, satisfactoria, incluso ejemplar. Sostuvo algo más que cabe recordar ahora. Pasa que el hombre de prensa, así como, en determinados contextos, cualquier escritor, debía procurar que se despertara el sentido crítico del lector y no, desde ninguna perspectiva, apelar a su inclinación hacia lo fácil. En otros tér...