La moda del izquierdismo ha regresado. Políticos, analizadores y cronistas lo confirman a diario. Según veo, el sarcoma está expandiéndose sin que ninguna crítica mengüe su poderío. Esto se debe a que, como sucediera antaño, sus nuncios han conseguido embaucar a una población abrumada por los desencantos gubernamentales. El cretinismo de las clásicas banderías les proporcionó la excusa ideal. En esta época, la dialéctica hegeliana vuelve a fulgir, pues el péndulo se mueve hacia donde están ellos.
Los presidentes que se jactan de ser izquierdistas no tienen mucha creatividad cuando emiten sus discursos cotidianos; tampoco, salvando casos extraordinarios, debaten empleando argumentos racionales, inferencias verdaderas. Unas cuantas horas fueron suficientes para identificar aquellos rasgos que permiten descubrirlos. Cumpliendo mi labor de opositor impenitente, a continuación, explicaré algunas particularidades del gobernante izquierdista latinoamericano.
Ególatra pertinaz, este mortal repudia cualquier tipo de cambio que lo sitúe fuera del domicilio presidencial. Libra fogosas batallas en torno al tema de la reelección; denuesta, persigue y flagela para evitar el surgimiento de antípodas. Conforme a su criterio, las obras públicas no responden a un programa ideológico o plan de gobierno, sino derivan del corazón que le pertenece. Siendo ésta la realidad, su permanencia en el trono es obligatoria.
Inculto por voluntad propia, supone que su país tiene una importancia medular para el desarrollo mundial, incluso universal. Sabedor de que la patriotería es una enfermedad latinoamericana, nuestro repúblico promete restañar heridas históricas, devolver glorias perdidas, recuperar dignidades afrentadas por las potencias capitalistas. Obviamente, su invectiva no estaría completa sin los baldones disparados contra Estados Unidos, vileza hecha Nación.
Odalisca del Leviatán, afirma que la sociedad necesita de complejas regulaciones, inseminadas todas por un gigante parsimonioso llamado Estado. Cuando escucha las demandas de economías libres e individuos autónomos, su oráculo le sugiere crear más dependencias burocráticas y restringir, con excepcional rigor, la libertad individual. Reconoce únicamente iniciativas en el campo artístico, pero sólo cuando las creaciones le resultan favorables.
Como la heterogeneidad amarga sus días, él ansía tener feligreses mansos, súbditos uniformes. Para lograr esto, limita el derecho a expresar ideas, opiniones políticas o hasta pareceres religiosos, si lo manifestado no está de acuerdo con su prédica siniestra. Este maltratamiento pretende consolidar una sujeción irrestricta a la autoridad.
La división de poderes le interesa tanto como el futuro del yoyó. Al igual que Luis XIV, asegura ser el Estado; por ende, toda moderación de su poder le sabe a confabulación. Claro que, cuando los otros órganos le dan un apoyo entusiasta, recomienda solamente consumar mutaciones personales. La relación que quiere tener con legisladores y jueces me recuerda un título de Augusto Céspedes: Las dos queridas del tirano.
Los presidentes que se jactan de ser izquierdistas no tienen mucha creatividad cuando emiten sus discursos cotidianos; tampoco, salvando casos extraordinarios, debaten empleando argumentos racionales, inferencias verdaderas. Unas cuantas horas fueron suficientes para identificar aquellos rasgos que permiten descubrirlos. Cumpliendo mi labor de opositor impenitente, a continuación, explicaré algunas particularidades del gobernante izquierdista latinoamericano.
Ególatra pertinaz, este mortal repudia cualquier tipo de cambio que lo sitúe fuera del domicilio presidencial. Libra fogosas batallas en torno al tema de la reelección; denuesta, persigue y flagela para evitar el surgimiento de antípodas. Conforme a su criterio, las obras públicas no responden a un programa ideológico o plan de gobierno, sino derivan del corazón que le pertenece. Siendo ésta la realidad, su permanencia en el trono es obligatoria.
Inculto por voluntad propia, supone que su país tiene una importancia medular para el desarrollo mundial, incluso universal. Sabedor de que la patriotería es una enfermedad latinoamericana, nuestro repúblico promete restañar heridas históricas, devolver glorias perdidas, recuperar dignidades afrentadas por las potencias capitalistas. Obviamente, su invectiva no estaría completa sin los baldones disparados contra Estados Unidos, vileza hecha Nación.
Odalisca del Leviatán, afirma que la sociedad necesita de complejas regulaciones, inseminadas todas por un gigante parsimonioso llamado Estado. Cuando escucha las demandas de economías libres e individuos autónomos, su oráculo le sugiere crear más dependencias burocráticas y restringir, con excepcional rigor, la libertad individual. Reconoce únicamente iniciativas en el campo artístico, pero sólo cuando las creaciones le resultan favorables.
Como la heterogeneidad amarga sus días, él ansía tener feligreses mansos, súbditos uniformes. Para lograr esto, limita el derecho a expresar ideas, opiniones políticas o hasta pareceres religiosos, si lo manifestado no está de acuerdo con su prédica siniestra. Este maltratamiento pretende consolidar una sujeción irrestricta a la autoridad.
La división de poderes le interesa tanto como el futuro del yoyó. Al igual que Luis XIV, asegura ser el Estado; por ende, toda moderación de su poder le sabe a confabulación. Claro que, cuando los otros órganos le dan un apoyo entusiasta, recomienda solamente consumar mutaciones personales. La relación que quiere tener con legisladores y jueces me recuerda un título de Augusto Céspedes: Las dos queridas del tirano.
Hace varias décadas, Konrad Adenauer enunció una verdad incontrovertible: “En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno”. Admito que el liberalismo ha perdido atractivo por estos lares. Hoy, la racionalidad no basta; los recursos oratorios están por encima de ella. Empero, los párrafos anteriores han sido redactados con el ánimo de meter en cintura a quienes piensan que nuestra situación no puede agravarse.
Comentarios
Un abrazozozote.
De igual manera, me hace feliz que muchos pueblos latinoamericanos apuesten su voto a políticas de izquierda. Muy muy feliz.
va un abrazo poético.
Hablamos, que se viene una semana especial.
Saludos de mi family
En Diciembre estamos por alla...haber si nos podemos juntar.
Saludos!!!
abrazos
Es cierto creo yo, la izquierda solo llego al poder con contraposicion, la misma razon por la que Kerry casi gana las elecciones en EUA, porque no era Bush.
Eso se tira cualquier expresion pura del pensamiento de izquierda en latinoamerica, el pensamiento de izquierda en colombis funciona asi, solo es exitoso porque funciona en contraposicion, ataca, es reactivo, en el fondo no propone nada nuevo porque no puede, o si no miren a la negrita Pieda, se dedica a criticar, a atacar, a responder, nunca ha hecho nada verdaderamente util ni politica ni socialmente hablando.
(Luis Agüero Wagner)
Una prensa maccartista que los paraguayos heredamos de Stroessner pretendió hacernos creer que el obispo “de los pobres” Fernando Lugo era un candidato de la izquierda. A ellos les planteamos estas interrogantes:
¿Es izquierdista Ricardo Canese cuando defiende la política de biocombustibles de George W. Bush?
¿Alguno de los dirigente luguistas protestó alguna vez por las injerencias de James Cason?
¿Recibe dólares de USAID la ONG “Gestión local” de Guillermina Kanonikoff y Raúl Monte Domecq?
¿Ha publicado realmente el material didáctico para comisiones vecinales para el cual supuestamente recibieron los billetes?
¿Estuvo Camilo Soares en noviembre del año 2000 en un congreso financiado por la NED?
¿Fue o no publicitado Lugo por el diario ABC color, propiedad de Aldo Zucolillo, favorecido del agente de la CIA Leonard Sussman cuando era perentorio fabricar bien remunerados disidentes a la dictadura?
¿Firmó Julio Benegas, empleado de Zucolillo, un contrato con Bryan Finnegan ( de la AFL-CIO) el 21 de Setiembre de 2005?
¿Recibió la casa de la Juventud –cuna del PMAS- 127.000 dólares de IAF en el año 2004?
¿Puede ser de izquierda gente financiada por la NED, institución creada como alternativa a la CIA por el imperio?