Puesto que mis convicciones ideológicas son férvidas, patrocinar valores como libertad, responsabilidad individual, tolerancia, justicia social e igualdad de oportunidades constituye una misión que asumo sin vacilación alguna. Y es que, hogaño, en el escenario político boliviano existe una disyuntiva: apoyar las actitudes autoritarias del Gobierno Nacional o exigir el respeto al Estado de Derecho. Los demás planteamientos eclécticos caen por su estolidez.
Debido a sus despropósitos, quienes dirigen el país lograron dividirnos: los 2/3 contra la mayoría absoluta es una manifestación de dos proyectos estatales antagónicos. Por un lado, liberalismo político y económico; en el otro borde, esa insana práctica del autoritarismo izquierdista. Hallar efugios que resuelvan esta dificultad coyuntural no debe hacernos olvidar el mencionado conflicto. La victoria será solamente de aquéllos denodados a resguardar los ideales que, en el hemisferio occidental, persiguen las sociedades civilizadas.
No deja de ser curioso que, pese a las incontables críticas laboradas en su contra (ahí están Hugo Celso Felipe Mansilla, José Ignacio García Hamilton, Hannah Arendt, Michel Foucault, entre otros meditadores), concentrar todo el poder público sea justificado todavía por algunos mortales, tanto indoctos como academicistas. Trocando las funciones, los gobernantes ya no quieren ser mandatarios, sino fieros mandantes. Estas aspiraciones totalitarias encuentran sustentáculo en el obsecuente populacho; conforme a lo señalado por Ortega, la sociedad se compone de minorías luminosas y masas dóciles.
Cuando escucho al señor Morales Ayma, recuerdo esta cavilación de Mario Vargas Llosa: “El buen orador político latinoamericano está más cerca de un torero o de un cantante de rock que de un conferencista o un profesor: su comunicación con el público pasa por el instinto, la emoción, el sentimiento, antes que por la inteligencia”. Los discursos del Presidente no cumplen las exigencias mínimas de todo pensamiento. Según Louis Althusser, connotado filósofo marxista, estos requisitos esenciales son tres: coherencia, rigor y claridad. ¿Cómo puede ser coherente alguien que asegura defender la democracia, mas no respeta el derecho a disentir? ¿Es acaso razonable vilipendiar al ‘Imperio estadounidense’ y suplicarle simultáneamente la extensión de preferencias arancelarias?
El grito independentista es comprensible. La conducta de Juan Evo ha gestado reacciones policromas. Impugnar que los resultados del referéndum autonómico deban ser acatados provoca justificados enconos; asimismo, escarnecer las huelgas enfurruña legítimamente a sus titulares. Sobre los célebres pelotones masistas, afirmo que fracturan el monopolio estatal de la violencia física. Esta vulneración del moderno principio weberiano trasluce una diáfana tendencia fascista.
Allende las cuestiones que se debaten actualmente, la futura e inexorable justa electoral demanda un suceso político concreto: forjar alternativas; sin ellas, el proyecto socialista seguirá imperando en Bolivia por largos años. De no concretarse este instrumento, nuestras lamentaciones continuarán siendo conmovedoras, pero sólo vigorosas desde la oposición. Reconozcamos que quien hace política ansía el poder.
Comentarios
Como hacer que dos personas se entiendan si hablan dos lenguajes diferentes, la "inteleactualidad" de los blogueros y la cruda realidad de lo que usted considera la "Bolivia andina" El tiempo para la razon se esta extinguiendo, no soy adivino,pero el dios marte se despierta. Atentamente. Hector. Pd. No soy Boliviano
asimismo, la izquierda y la derecha extrema se parecen la una a la otra en la eliminación de las libertades, en el totalitarismo, en el autoritarismo, y en que históricamente ambos extremos han sido responsables de miles de muertes.
saludos
Con tu referencia de que:
"Los discursos del Presidente no cumplen las exigencias mínimas de todo pensamiento"
Te doy la razón!:), pero y que puedes esperar de una persona que nació en sus circunstancias?
Realizando un análisis más crítico, cuando mencionas "¿Cómo puede ser coherente alguien que asegura defender la democracia, mas no respeta el derecho a disentir?"
Considero que el Presidente J.Evo Morales sabe realmente lo que hace, si bien parece revanchismo de la clase mas oprimida, eso; creo yo, es solo lo que quiere mostrar. A el le interesa el "proyecto mayor" y considero que no le importa pasar sobre quien tenga que pasar con tal de cumplir con su sector, y estoy segura tambien que él cree que en el camino de pelea por la gente menos favorecida todos los medios son utiles.
asi que el discursito y el show es eso: "show", es inteligente y el sabe a donde va.
Lo que me preocupa más es que la clase media, la clase trabajadora, nosotros, somos los olvidados y los que quedamos al medio de las políticas que se apliquen: los ricos, o bueno la clase alta, se verá afectada, perderá un poco y qué?, seguramente que no quedará en la calle; los pobres, la clase baja, no tiene que perder, hará lo que sea necesario pues no tiene nada que se le afecte, dará todo por ganar algo; sin embargo nosotros en medio y somos los mas afectados.
Existen tantos temas para conversar sobre los cambios de este Gobierno, como la educación que se igualaría hacia Abajo, sin una fase previa para fortalecer las Fiscales, o el tema del IIRSA con la "integración" para el beneficio de quienes?, etc
pero me despido numaj!
Siento escribir y no corregir mis errores, es que ya estoy cansada.
Que estés bien, espero que tu garganta esté mejor...:)