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La falacia del socialismo irreal

Los hechos están más allá de acuerdos y consensos, y todo lo que se diga sobre ellos –todos los intercambios de opinión fundados en informaciones correctas– no servirá para establecerlos. Hannah Arendt Mario Bunge demanda que nuestro cerebro trabaje adecuadamente, pues puede funcionar asimismo del modo contrario, produciendo tonterías. No basta usarlo; hay que hacerlo de manera correcta. Esto significa que su empleo sea racional y realista. Por supuesto, al ejercer las facultades intelectuales, no respetamos siempre aquello. Pueden cometerse confusiones, equivocaciones, incluso de forma deliberada. Hablamos aquí de falacias, que tienen diversas especies, mas un común denominador: distanciarnos del acercamiento a la verdad. Esto conlleva la necesidad de que reconozcamos nuestros errores, con lo cual avanzaríamos. Como ha precisado Popper, el desarrollo del conocimiento científico se da gracias a la corrección de teorías, mostrando ese camino que ya no cabe seguir. Esto v...

El empobrecimiento de las obsesiones

¿Qué es lo que quiere, entonces, la gente? Por lo visto, no le interesa la idea de las cosas, sino que quiere las cosas mismas. José Ortega y Gasset En su libro ¿Para qué la acción? , cuyas páginas contribuyen a la comprensión de de nuestra conflictiva especie, Simone de Beauvoir sostiene que no se puede colmar al hombre. Como la tarea de construirse a uno mismo no concluye sino en el momento del deceso, nos encontraríamos ante varias alternativas, las que reflejan cuán generosa es la realidad humana. Teniendo, pues, diversas opciones que pueden ser escogidas mientras extenuamos los años en este mundo, cualquier limitación al respecto debería considerarse tan negativa cuanto antinatural. Lo normal pasaría por evitar ese reduccionismo, reivindicando la posibilidad de recorrer todos los caminos que se hallen a nuestro alcance. Nada tiene que justificar la exclusiva y perpetua concentración de los recursos personales en un solo cometido. Lo único que puede conseguirse al...

Para debatir con García Linera

La vanidad innata, que tan susceptible se muestra en lo que respecta a nuestra capacidad intelectual, no se resigna a aceptar que aquello que primero formulamos resulte ser falso, y verdadero lo del adversario. Arthur Schopenhauer Conforme a lo explicado por Humberto Giannini, la filosofía es un “modo de vivir a la intemperie”. En efecto, desde Sócrates hasta Sartori, esos pensadores no han anhelado las protecciones , esas seguridades proporcionadas por tradiciones, prejuicios y dogmas. Parten de preguntas; después, persiguen respuestas, pero jamás proclaman que tienen contestaciones definitivas. Un caso distinto es el del sabio. Este tipo de persona tiene una postura que se resiste a la humildad intelectual. Uno debe acudir a él no para formular interrogantes, sino en busca de ser iluminado. Por esta razón, cuando alguien que aparenta tener todas las verdades abre la posibilidad del debate, debemos celebrarlo. Así, frente al inverosímil reto lanzado por Álvaro Marc...

Política y destino de la historia

No hay dos épocas que tengan las mismas intenciones filosóficas; claro es que me refiero a la verdadera filosofía y no a las minuciosidades académicas sobre las formas del juicio o las categorías del sentimiento. Oswald Spengler Según José Ortega y Gasset, el hombre no tiene naturaleza, sino historia. Somos el producto de nuestras decisiones, las que , si bien se toman en circunstancias específicas , no responden a ning ún determinismo . Hay diferentes factores que influyen al momento de afrontar problemas del presente; sin embargo, existe un margen para la libertad, gracias al cual nos consideramos autónomos. Así, cuando no asoma la insensatez, tanto los aciertos como las equivocaciones sirven para tener una vida en donde lo pasado permita nuestro avance. No me refiero ahora al progreso de orden intelectual; pienso en cómo esas vivencias pesan cuando hablamos del poder. Pasa que una mirada puesta en el ayer puede ayudar a quienes anhelan la fabricación de pretextos par...

Tocqueville, democracia y revolución

En primer lugar, examiné a los hombres, y llegué a la conclusión de que, en esta infinita diversidad de leyes y costumbres, no estaban regidos únicamente por sus fantasías. Montesquieu Ninguna sociedad se mantiene idéntica a la del momento en que fue fundada. No pienso en los inevitables cambios que, con el paso del tiempo y las necesidades demográficas, entre otros factores, modifican su apariencia. Lo que destaco es la imposibilidad de contar siempre con las mismas ideas. Debido al criterio que parece mayoritario entre las minorías intelectuales, uno puede creer en prejuicios capaces de afectar a casi todo un país. Así, explotando generalidades, llegamos a relacionar nacionalidades con determinadas actitudes o absurdos. En el caso de Francia, por ejemplo, su clase intelectual ha sido asociada con el antiamericanismo o antiimperialismo estadounidense. Sartre es una de las varias figuras que ilustra la idea. Em p ero , tenemos excepciones: Jean-François Revel , Raymo...

¿Para qué debería servir la universidad?

La causa es tan evidente como triste: deficiencias de nuestro medio, que ustedes conocen de sobra. ¡Todo falta aquí! Carlos Vaz Ferreira En un libro que tituló Temperamentos filosóficos , específicamente cuando reflexiona sobre Platón, Peter Sloterdijk escribe acerca de la educación antigua. Evocando esa época, marcada por una fulgurante Atenas, dicho autor destaca que se perseguía entonces una meta sobremanera relevante: instaurar una escuela de excelencia. Era un objetivo que podía considerarse ambicioso, pues implicaba la realización del individuo en distintos campos. Se creía en la posibilidad de preparar, con solvencia y optimismo, a los hombres que progresarían conforme a criterios intelectuales, pero también aportarían al adelanto social. Porque, desde la célebre Academia, con Aristóteles, Polemón y otros discípulos, se tenía esa pretensión de darnos a los mejores ciudadanos, quienes se convertirían asimismo en gobernantes. Es indiscutible que no se aseguraba la ...

La necesidad de una literatura universal

    Y en fin, ¿cómo propugnar robinsonismo intelectual alguno sin caer en el mayor absurdo? Roberto Fernández Retamar El año 1771, en Estrasburgo, cuando contemplaba su catedral, Goethe tuvo la convicción de que no se hallaba frente a una obra cualquiera. Es cierto que, técnicamente hablando, el edificio era gótico, contando con las características correspondientes, lo cual podía ser motivo suficiente para su elogio. No obstante, mientras lo admiraba, le fue revelada una cualidad hasta entonces ignorada por él: su pertenencia a la cultura alemana. Se trataba, pues, en su criterio, de una creación del espíritu que sólo podía darse gracias a esa nación. Así, tal como lo hicieron los románticos del siglo XVIII, el alma colectiva o genio de la nación, entre otras denominaciones, fomentaba la existencia de sociedades supuestamente superiores, pero también nocivas. Porque, bajo el pretexto de preservar lo propio, se perjudica a individuos que conforman esas mismas ...

Insuficiencia de la democracia y reivindicación republicana

Una democracia sin los requisitos de la república liberal no es sino una dictadura plebiscitada. Un gobierno elegido y apoyado por las mayorías se transformará en una dictadura en tanto cercene las libertades y persiga a las minorías. Juan José Sebreli La fundamentación del poder, al igual que las alegaciones en torno a su titularidad y los condicionamientos para ejercerlo, no se ha mantenido invariable. Si revisamos nuestro pasado, encontraremos diversos criterios, ideas que procuraban apoyar al gobernante por su fuerza , edad, supuestas virtudes mágicas o presunto contacto con los dioses. No ha sido sencillo conseguir que, en el campo de la política, una legitimación como ésa sea sustancialmente racional. Muchas personas hubiesen preferido seguir con la entronización de guerreros, hechiceros, criaturas del Olimpo u otros sujetos cuyo predicamento no radica en ningún ejercicio reflexivo. Sí, fue difícil; empero, en sociedades sensatas, el respaldo de las autoridad...

Los destinos del lector

A veces creo que los buenos lectores son cisnes aun más tenebrosos y singulares que los buenos autores. Jorge Luis Borges La muerte suele ser indulgente con quienes absorbe. Los cuestionamientos en torno al difunto pierden fuerza, incluso sensatez, cuando llega la última respiración, cesando funciones y extinguiendo el paso por este mundo. Si esta relajación del espíritu crítico es lo usual entre familiares, así como amistades cercanas, puede presentarse asimismo al examinar a quien, por distintas causas, consideramos importante para nuestro crecimiento. Sin embargo, hay méritos que no pueden ensombrecerse. No pienso únicamente en los individuos que, debido a sus actuaciones, han orientado mis juicios, contribuyendo a la formación de una determinada conciencia ética. Ellos son relevantes, sin lugar a dudas, al igual que los intelectuales, esos mortales dispuestos a trabajar para terminar con el achabacanamiento en política. Sin embargo, me interesa también otro fenómeno...

Thoreau, el desobediente solitario

Un solitario será austero, piadoso, será penitente, en fin, se convertirá en santo; pero sólo será digno de llamarse virtuoso cuando haya hecho algún acto de bien por el que se hayan visto beneficiados los demás hombres. Voltaire Hay personas que conciben la política como un medio para satisfacer necesidades, antojos y caprichos del peor tipo. Son individuos que, desde los tiempos de Sócrates, han provocado irritaciones entre quienes no se resignan a ser gobernados por malhechores o patanes. Porque, aun cuando parezca increíble, contamos todavía con sujetos que no consienten esas corrupciones, siendo impulsados por otra clase de intereses. Me refiero a hombres que no ambicionan el ejercicio del poder público; al contrario, juzgan necesaria su vigilancia, incluso imprescindible, mientras se pretenda una vida exenta de dominaciones arbitrarias. Es más, son mortales que no garantizan el cumplimiento de cualquier orden lanzada por las autoridades. Para ellos, previamente, e...

El MAS y las peras del olmo

A veces desechamos posibilidades, incluidas algunas de las que sabemos muy poco,  porque no queremos que sean ciertas, aunque parezcan o sean maravillosas. Robert Nozick En La derrota del pensamiento , provocador libro de 1987, Alain Finkielkraut recuerda que filósofos como Voltaire y Diderot no concebían realizable la libertad mientras existiese ignorancia. El acceso al conocimiento traía consigo ese provecho, uno en virtud del cual los hombres se alejaban de las equivocaciones. Siguiendo esta lógica, bastaba con colocarse frente al saber, en cualquiera de sus manifestaciones, para que se produjera una transformación positiva del individuo. Este acontecimiento puede presentarse directamente, cuando uno mismo se percata de la fortuna que conlleva pensar sin apego a los dogmas o prejuicios. Se tiene también la posibilidad de que alguien promueva ese contacto, permitiendo la ilustración del prójimo. En esta última circunstancia, nos mueve la ilusión de que nuestro s...

El gabinete de la indignidad

El éxito de la democracia no consiste únicamente en disponer de la más perfecta estructura institucional imaginable. Depende ineludiblemente de nuestros patrones reales de conducta y del funcionamiento de las interacciones políticas y sociales. Amartya Sen No hay peor bajeza que aquella en la cual nos colocamos de manera voluntaria. Ninguno está libre de ser subyugado, reducido gracias a la violencia ejercida por quienes escogen los medios bárbaros para conquistar y mantener el poder. Es indiscutible que, por diversas causas, la servidumbre puede llegar a nuestra vida e impedir su satisfactorio desenvolvimiento. Empero, existe igualmente la posibilidad de que, sin coerciones, un individuo se decante por anular su propio valor, poniéndose en una situación criticable. No es un disparate menor. Porque, en síntesis, al optar por esa determinación, hablamos de renunciar a la libertad, es decir, según Bakunin, no tener dignidad. Lo llamativo es que, lejos de sufrir por ...

La creencia en los grandes hombres

El espíritu de rebeldía es lo contrario del dogma de obediencia que induce a considerar recomendable la sujeción de una voluntad humana a otras humanas voluntades. Respetar ese dogma significa renunciar a la personalidad; la obediencia no es a un ser sobrenatural, sino a otro hombre, al Superior. José Ingenieros Las ideas y creencias que marcan la vida de un hombre, influyendo en sus diferentes actuaciones, pueden forjarse gracias al esfuerzo propio. Ciertamente, una persona está en condiciones de valerse del entendimiento que lo tiene como responsable, resistiéndose a cualquier imitación o sometimiento. Sin embargo, esto no implica que desconozcamos la presencia de factores externos. Sucede que, no habiéndose originado la especie con nosotros, hay antecedentes, un pasado capaz de afectarnos. Así, en mayor o menor grado, la cultura puede dejar su impronta en nuestra existencia, rigiéndonos incluso cuando pensamos en el bien. Es más, tal como lo ha indicado Norbert Bilbeny...

Por una filosofía desbordante

La filosofía puede producir y produce una obra extraordinariamente interesante e importante sobre una variedad de temas que no tienen nada que ver con las privaciones, iniquidades y servidumbres de las vidas humanas. Así es porque así debe ser, y hay mucho que celebrar en la expansión y consolidación del horizonte de nuestro entendimiento en todos los campos de la curiosidad humana. Amartya Sen     Todo comienzo deja una huella que no cabe olvidar. Esos orígenes permiten conocer una esencia gracias a la que, cuando hay dudas o confusiones al respecto, nos orientamos adecuamente. En filosofía, Sócrates nos presenta un tipo de vida que, signada por la reflexión, justifica todavía nuestro aprecio , incluso gratitud , pues contibuyó a la expansión del espíritu crítico, lo cual jamás será despreciable. Su magisterio tuvo, pues, esa grandeza. La tarea no era desarrollada en lugares de acceso restringido, resultándole inaceptables las limitaciones. El objetivo era...

Por una política con ética: Edmundo Salazar

Decimos que a las personas razonables no las motiva el bien general como tal, sino el deseo mismo de que hay un mundo social en que ellas, como ciudadanos libres e iguales, puedan cooperar con los demás en términos que todos puedan aceptar. Insisten en que la reciprocidad debe regir en ese mundo, de manera que todo el mundo se beneficie. John Rawls Hay variantes del optimismo que son peligrosas. Suponer que, al final, una situación adversa tendrá un desenlace plenamente satisfactorio puede conducir a la inacción y vetarnos toda mejora. Debemos recordar que la esperanza en un futuro menos arduo, desde el punto de vista individual o colectivo, no implica nuestro abandono del esfuerzo. No se trata, pues, de relegar sueños ni despreciar cualquier utopía; el punto es tener presente cuán necesarias resultan las acciones llevadas a cabo con ese objetivo. Así, evitando las exageraciones, Francis Hutcheson, filósofo del siglo XVIII, contribuye a nuestro aliento cuando sostiene qu...