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Mostrando entradas de agosto, 2013

Debilidades y enemigos de la democracia

Desde la Antigüedad clásica se sabe que, bajo ciertas circunstancias, los regímenes democráticos pueden degenerar y convertirse en sistemas autoritarios. En cambio una genuina democracia está basada en factores argumentativos y deliberativos, y estos últimos no son el fuerte del actual modelo civilizatorio. H. C. F. Mansilla Tal como lo precisa Ferran Requejo Coll, el prestigio de la democracia es un fenómeno que puede considerarse reciente. Desde que, en el siglo V a. C., Herodoto usó esa palabra para referirse a la organización política de Atenas, reinante tras las reformas consumadas por Clístenes, sus críticos han sido numerosos. En efecto, durante las diversas épocas, encontramos personas que censuraron esa construcción. Platón, Thomas Carlyle y Jorge Luis Borges son apenas tres de los cuantiosos individuos que no la estimaban digna del afecto. En muchas oportunidades, la historia nos ha mostrado que ese tipo de regímenes puede ser destruido por elementos externos, p

Aproximación al pensamiento filosófico de Milton Friedman

La filosofía es una cosa… inevitable. José Ortega y Gasset En general, las ideas de Milton Friedman se presentan como si tuviesen importancia sólo para la economía. Con certeza, su autoridad en dicho campo es incuestionable; la entrega del Nobel bastaría para sustentar ese juicio, pues, regularmente, salvo casos vergonzosos –pienso en Joyce, Borges u Onetti, porque que su talento lo exigía de modo categórico–, los académicos aciertan cuando eligen al ganador. Con todo, es posible considerar también las reflexiones del monetarista desde el punto de vista filosófico. Como es conocido, no hay razonamiento que pueda librarse de la disciplina encumbrada por Sócrates y, debido a sus extravagancias lingüísticas, complicada cuando irrumpió Hegel. Hace varios años, con inobjetable claridad, Ayn Rand planteó esto así: «Ni un hombre ni una nación pueden existir sin alguna forma de filosofía». Ello tiene gran validez para los seres que, como nuestro intelectual, trabajaron con su

500 años de un libro inmortal

Debemos estar agradecidos a Maquiavelo y a los autores que como él escribieron sobre lo que los hombres hacen y no sobre lo que deberían hacer. Francis Bacon En 1513, el intelectual Nicolás Maquiavelo se dirige a Lorenzo de Médicis. Tras el descalabro de las fuerzas florentinas ante los españoles, la familia del destinatario había recuperado su poder; por tanto, el momento parecía propicio para forjar grandes gestas. Consciente de aquello, también dolido por la crisis que atravesaba Italia, nuestro pensador le obsequia un bien tan necesario cuanto insuficientemente apreciado: sus conocimientos de los negocios públicos. Todo se hallaba contenido en una obra, El Príncipe , compuesta por párrafos que tuvieron como fuente la experiencia laboral del autor, pues fue hombre de Estado, y cuantiosas lecturas de historia. Así, de la manera más objetiva posible, se procuraba explicar cómo debía gobernarse un principado. Vale la pena destacar que, por primera vez, alguien procedía