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La universidad como celestina del poder

Ningún saber, por fundamental y extendido que sea, ninguna agudeza o ironía, ni ninguna astucia dialéctica nos ponen a salvo de la vulgaridad del pensar y del querer. Max Stirner El papel del profesor no debe limitarse al ámbito educativo. Cuando las circunstancias lo demandan, tiene que tomar la palabra y trascender aulas, planteando cuestionamientos a quienes ejercen funciones gubernamentales. Fue lo que hizo Kant, ejemplar docente del siglo XVIII, cuando publicó El conflicto de las facultades , última obra con su firma. En efecto, afectado por la censura que merecieron sus reflexiones sobre asuntos religiosos, habló entonces como académico frente al poder. Destacó el valor del espíritu crítico, que servía para distinguir a filósofos de médicos, juristas y teólogos; sin embargo, quienes mandaban no pensaban lo mismo. Así, se exponía una misión que, aun cuando provocara molestias entre las autoridades, debía consumarse. Porque su rol no se agotaba en la enseñanza de pro...

El afán de disgustar

El examen de los hechos y de las ideas sólo es temible a la impostura y a la mala fe; la discusión suministra nuevas luces al sabio, en tanto que enfada y molesta al obstinado, al impostor, o al que vive apegado a sus errores, y teme que llegue el momento del desengaño. Barón de Holbach Iniciando sus Pensamientos filosóficos , obra de 1746, Diderot revela cómo valorará el éxito del libro. Así, con claridad, este pensador de la Ilustración, fundamental para su Enciclopedia , reconoce que quiere una recepción parcialmente negativa. Pasa que, si sus páginas gustaban a todo el mundo, debían considerarse detestables. No se deseaba que nadie disfrutara del contenido, desde luego. Como cualquier otro autor, él tenía la intención de ser leído. Confiaba en que, gracias al contacto con sus textos, los hombres hallarían una fuente de ideas provechosas, facilitando la comprensión sobre diversos temas. En este sentido, si sus apuntes no agradaban a ninguna persona, correspo...

La gloria de lo efímero

Las riquezas, los honores, los mandos y todas las demás cosas que por opinión de los hombres son estimadas abstraen de lo justo. No sabemos estimar las cosas, de cuyo valor no hemos de hacer aprecio por la fama, sino por la naturaleza de ellas. Séneca José María Vargas Vila no quería fama, sino inmortalidad. Ese insigne insultador, escritor en abundancia, pero también valiente, no buscaba la ovación del estadio. Sabía que, a veces, la enorme reputación se puede considerar un demérito. No es un misterio que, en las distintas épocas, la nombradía de alguien haya crecido significativamente gracias a prácticas demagógicas, evitando fastidiar al prójimo con cualquier impertinencia más o menos reflexiva. Ésta es una vía segura para el robustecimiento del renombre, sin duda. Empero, ello nunca se constituirá en el camino para conquistar la trascendencia que motivó al autor de Prosas laudes . Él no se conformaba con esas naderías. Sospecho que no se podría decir lo mismo de muc...

Esencia del filosofar

 La filosofía, como más de una vez se ha dicho, exige al mismo tiempo modestia y soberbia, temor y atrevimiento. Francisco Romero Pensando en sus alumnos, Kant lo resumió de forma insuperable: no se aprende filosofía, sino a filosofar. La diferencia es sustancial, pues uno puede limitarse al estudio de diversas corrientes del pensamiento o, en cambio, ejercitar su propio intelecto para encontrar verdades que le permitan comprender al hombre, la vida, el mundo, etcétera. Con certeza, el examen de las ideas que se han concebido tiene gran relevancia, pero no asegura la capacidad requerida para pensar con seriedad. Así, no sería sorprendente encontrar a un enseñador de autores, teorías, doctrinas que ignorara cómo cuestionar autónomamente algunas creencias. En cualquier caso, el conocimiento de dichas ideas nos ofrece un panorama que, cuando estemos preparados para hacerlo, podremos optimizar; asimismo, tras informarnos sobre las diferentes doctrinas, es posible des...

La materia que nos distingue

El hombre es un ser posible; pero no hay posibilidades dentro de las cuales el hombre elija ésta o aquélla. El hombre elige su posibilidad, sí; pero esa elección no es sino el mismo acto de crearla. Vicente Fatone ¿Qué nos hace humanos? Sin duda, es una pregunta que serviría para sumergirnos en un inagotable océano de libros. Todos los pensadores que se han ocupado de la antropología filosófica contribuirían, con mayor o menor éxito, a iluminarnos sobre las diferentes respuestas brindadas al respecto. Porque las explicaciones que fueron elaboradas a partir de ese interrogante son cuantiosas. Esta situación se volvió más compleja cuando, con Darwin y la evolución, ya no podíamos considerarnos criaturas divinas o, por lo menos, sin lazos con los demás animales. Éramos afines a los orangutanes, un hecho poco digno de ser celebrado, salvo para quienes aborrecen al hombre y, por tanto, endiosan a cualquier otra criatura, ...

La glorificación de lo marginal

Quienes se definen por la no relación y consideran que el adversario es la sociedad en su conjunto a través de su aparato institucional no pueden ser actores centrales de la sociedad ni de su historia. Alain Touraine Al prologar la segunda edición de su libro El mundo como voluntad y representación , Schopenhauer evidencia gran desconfianza con respecto al destino inmediato del volumen. Indicó entonces que, como todo lo bueno, su trabajo tardaría en ser reconocido. El valor de sus páginas resultaba indiscutible; sin embargo, los hombres con capacidad para apreciar lo bueno y verdadero eran escasos, por lo cual no había esperanzas en cuanto al presente. Había que ilusionarse con lo venidero, pues, así sea a largo plazo, los aciertos serían valorados como corresponde. Mientras tanto, ser excluido de los círculos oficiales, apartado del lugar en donde se consagran las verdades con bendición institucional, incluso resistido sin la menor delicadeza ni motivación, podía enten...

La razón como necesidad vital

Ser capaz de razonar y escoger es un aspecto significativo de la vida humana. Amartya Sen En su autobiografía, Benjamin Franklin describe a los hombres como “criaturas razonables”. Es el atributo decisivo si perseguimos un elemento que nos distinga del resto. Por lo menos, la calificación guarda concordancia con lo planteado en diferentes épocas, expuesto gracias a connotados pensadores. Con todo, para esta reflexión, el punto central es simplemente que estamos a la caza de razones. Pueden ser malas o buenas, brillantes, pero también bastante opacas; lo fundamental es que nos resulta difícil desecharlas. En efecto, desde las más evidentes insignificancias hasta temas de gran valor, se nos conduce hacia ese camino. Sentimos el impulso que se agota cuando elaboramos argumentos para facilitar la comprensión del enfoque personal. Así, cuando damos a conocer lo que estimamos importante, con meditaciones capaces de, por ejemplo, persuadir al prójimo para merecer su apro...

De los filósofos y la paternidad

A Lucas     Pero la absoluta simplicidad, claridad y sinceridad de su discurso me impresionaron sobremanera. Karl R. Popper En su ensayo sobre don Eugenio d'Ors, López Aranguren subraya cuán importante resulta la vida para entender las ideas. En su criterio, las reflexiones llevadas a cabo por un filósofo no son sino autobiografía. En este sentido, su existencia sirve para explicar preocupaciones de orden intelectual, pero asimismo utopías, planes favorables a la llegada del más impecable futuro. Es cierto que podemos prescindir de datos relacionados con su infancia, juventud, vejez, sin afectar severamente la comprensión del ideario personal; no obstante, tal vez los conceptos, teorías, problemas y sistemas, obrando así, nos dejen algún asunto pendiente, alguna inquietud irresoluta. Porque, sin duda, cuando tomamos conocimiento de las vicisitudes atravesadas por un hombre, sus posturas e interpelaciones pueden parecernos más razonables, facilitando la val...

Del terraplanismo al socialismo científico

…la pseudociencia es en gran parte incontrastable, porque tiende a interpretar todos los datos de modo que sus tesis queden confirmadas ocurra lo que ocurra; el pseudocientífico, igual que el pescador, exagera sus presas y oculta o disculpa todos sus fracasos. Mario Bunge Gracias a Francis Bacon, entre otros mortales, la ciencia moderna se asocia con el experimento, las observaciones, los hechos que deben explicarse sin apelar al argumento especulativo. Se creía entonces, en el siglo XVII, que era ésa la vía idónea para conseguir verdades y, por tanto, alejarnos del error. Mas pasó el tiempo y resultó que los científicos no debían aspirar a obtener esas respuestas definitivas, sino buscar algo más modesto: conjeturas. En efecto, con acierto, Popper sostuvo que una teoría científica era esencialmente falsable, vale decir, debía ofrecer la posibilidad de ser refutada. Así, la consideraríamos válida, pero sólo hasta que otro demostrara nuestro desatino. El desarr...

Para una historia de la hipocresía izquierdista

Hoy, como antaño, el enemigo del hombre está dentro de él. Pero ya no es el mismo: antaño era la ignorancia, hoy es la mentira. Jean-François Revel En El vacilar de las cosas , Juan José Sebreli reivindica a la izquierda clásica. Recurriendo a pensadores fundamentales del socialismo, sostiene que dicha corriente sería heredera de la Ilustración y el humanismo. Sin embargo, esa concepción, que puede considerarse progresista, habría sido relegada, resultando perjudicados sus postulados iniciales. Así, con el romanticismo antiiluminista y los desvaríos del posmodernismo, se habría afectado una manera de imaginar el mundo que, pese a todo, podía contribuir a notar ciertas injusticias. Porque no es imprescindible militar en un bando para censurar los abusos que fueron cometidos por Hitler o el Estado Islámico, verbigracia. Más allá del debate sobre las funciones de un Gobierno, sin duda, puede haber sitio para la coincidencia en condenas morales. Si, según esos orígenes id...

Morales Ayma o la traición soberana

Declarar, cual pasa entre nosotros, que el pueblo es inapto para practicar su propia soberanía, y recurrir, no obstante, al simulacro de su ejercicio, es hipocresía indigna de hombres de bien. Bautista Saavedra Según Raymond Aron, los méritos de la democracia se notan sólo cuando recordamos que, tal como pasa con nosotros, no es un régimen perfecto. Porque, aunque haya personas que se presenten como una encarnación de lo sublime, debemos reconocer nuestras limitaciones. Poco importa que, al irrumpir el humanismo, nos encontráramos con pensadores para quienes las falencias de la especie eran males transitorios. Lo positivo es que, gracias a reflexiones propias, pero también confrontaciones, hemos advertido muchos problemas, esforzándonos por establecer condiciones capaces de favorecernos. Así, el régimen democrático ha resultado ser compatible con este vacilante, paulatino e inseguro caminar del hombre que vive en sociedad. No existe idea seria del progreso que pueda p...

Olvido y supervivencia social

El pensamiento rebelde no puede, por lo tanto, prescindir de la memoria: es una tensión perpetua. Al seguirlo en sus obras y sus actos tendremos que decir siempre si permanece fiel a su nobleza primera o si, por cansancio y locura, la olvida contrariamente, en una embriaguez de tiranía o de servidumbre . Albert Camus En «Funes el memorioso», Borges sospecha que su protagonista, quien podía recordarlo todo, era incapaz de pensar. Le faltaba generalizar, abstraer, ir más allá de un panorama evocado sin falta. En efecto, podemos contar con una buena memoria, pero eso no garantiza que otras facultades mentales –imaginación, voluntad, al igual que, desde luego, la inteligencia– formen parte de nuestra realidad. Cabe resaltar que, en ocasiones, una consecuencia de reflexionar sería olvidar. Ciertamente, para evitar mayores inconvenientes, suprimir algún recuerdo puede resultar necesario. Es que, cuando alguna desventura nos acompaña de manera permanente, intoxicando e...

El discreto valor del testimonio de las víctimas

Un mundo en el que no cupieran el dolor y el sufrimiento también sería un mundo en el que no cabría la elección moral, y por tanto no habría posibilidad de crecimiento y desarrollo moral. John Hick En 1949, un grupo de hombres camina por una zona fría, del todo adversa. Contra su voluntad, realizan excavaciones en un río que, desde luego, no invita a ningún chapuzón. En ese cometido, se topan con un gran bloque de hielo. Si bien el tamaño era llamativo, les sorprendió más su contenido. Encapsuladas, había criaturas nada comunes, seguramente parientes milenarios de nuestros peces. Sin duda, para cualquier ictiólogo, el hallazgo hubiera originado grandes festejos. Empero, aunque sus descubridores no eran ignorantes, no cabía tal exquisitez. Casi al borde la inanición, rompieron el hielo y devoraron a esos tritones. Acoto que había sólo algo capaz de superar el ya indoblegable apetito: la recuperación de su libertad. Eran presos políticos, gente que había sido sancio...

¿Por qué cabe apreciar los derechos humanos?

Todos los productos del arte y de la industria, y todos los experimentos políticos y morales corren un albur, como el más humilde de los hongos, en la lotería de la vida. George Santayana En una conferencia de 2004, Alain Badiou explicó que, mientras la injusticia es clara, la justicia resulta oscura. Lo menos arduo sería identificar hechos injustos. Tenemos aquí la ventaja de contar con personas que sufren, diciendo cómo su vida, libertad o propiedad es perjudicada. En la justicia, por el contrario, no hay víctimas. Por consiguiente, al procurar su definición, nos topamos con distintos enfoques, teniendo diferentes vías para concebirla de manera satisfactoria. Sin embargo, cometeríamos un error si creyéramos que la calificación de injusto está exenta de controversias. Porque no todos quienes se proclamen damnificados u ofendidos merecerán ese reconocimiento. De modo que, para manifestarnos sobre cualquiera de tales situaciones, sería necesario usar algún criterio g...

Defensas impopulares

¡Cuántas veces las mejores cualidades encuentran menos admiradores y cuántas veces la mayoría de los hombres toma lo malo por lo bueno! Ése es un mal que se observa todos los días. Christian Fürchtegott Gellert Nietzsche tenía el convencimiento de que su grandeza sería reconocida únicamente después de la muerte. No lo dijo sólo en su ya casi demencial Ecce homo ; era una certeza que lo acompañó varias veces. Sus contemporáneos no tendrían, pues, la lucidez necesaria para valorar el pensamiento que forjó en vida. Incomprendido entonces, encontraría la gloria en lo venidero, tal vez cuando haya más hombres dispuestos a cuestionar las tradiciones. No es casual que se haga mención a la cantidad. Pasa que, mientras la mayoría opte por consagrar determinados principios, valores, ideales, pero también prejuicios e insensateces, las voces disidentes serán aborrecidas o, con regularidad, desdeñadas. Sin embargo, por más impopular que resulte, no se descarta que un a...