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La política como fascinante destino de académicos y artistas

- A Fernando Baptista Gumucio - - - La política llenó de humo el cerebro de Malraux, envenenó los insomnios de César Vallejo, mató a García Lorca, abandonó al viejo Machado en un pueblo de los Pirineos, encerró a Pound en un manicomio, deshonró a Neruda y Aragón, ha puesto en ridículo a Sartre, le ha dado demasiado tarde la razón a Breton… Pero no podemos renegar de la política; sería peor que escupir contra el cielo: escupir contra nosotros mismos. Octavio Paz, El ogro filantrópico . - Hace muchos años, tal vez persiguiendo el disenso con su egregio perro, Arthur Schopenhauer afirmó: «El Hombre es un animal que tiene la funesta manía de pensar». Pese a lo rotundo del aserto, cabe notar que no todas las personas se dejan llevar por el aguijón de los ejercicios intelectuales, especulaciones, «mentefacturas», como las denominó José Ortega y Gasset. Ampliando esta idea, encuentro que quienes tienen la costumbre de realizar tales actividades pueden ser colocados en dos ámbitos. P...

El peligro de acostumbrarse al horror

- Cuando una imagen tremebunda, capaz de ocasionar pánico y huidas estruendosas, se repite con asiduidad, su impacto disminuye paulatinamente hasta no estremecer a nadie que la haya visto en anteriores oportunidades. El asombro que nos agitaba sin apuro, fundando perplejidades sobre nuestro existir, se vuelve parte de una cotidianeidad tan desabrida cuanto bostezante; así, los sobresaltos encuentran espacio entre quehaceres, rutinas e inofensivos accidentes del día. Siguiendo esta línea, me parece beneficioso recordar que Erich Fromm caviló acerca del «escalonamiento de la brutalidad» para criticar a esos estrategas que, tras los multitudinarios decesos de las dos guerras mundiales, pueden figurarse escenarios donde los muertos sean millones, mas no experimentar ninguna conmoción al hacerlo. Según parece, la repetición del espanto, al igual que su abundancia, termina absorbida por el desdén. Habituado al incumplimiento de las normas que garantizan una convivencia civilizad...

Dialogando acerca del compromiso intelectual

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Filosofía de la irreverencia

- Hay un coraje solitario que pocos pensadores conocieron: osar ciertos pensamientos. Franz Tamayo Con fruición, he leído cada línea de Ícaro (La Paz: Plural 2008), la nueva obra que Roberto Barbery Anaya escribió mientras se caía del tiempo [1] . El volumen contiene reflexiones filosóficas que, adoptando el aforismo, las formas ensayísticas o aun incidiendo en la poesía, provocan a quien gusta de rebelarse contra los lugares comunes, preconizar su singularidad mediante un rechazo axiomático al idiotismo y la ovación plebeya. Las páginas que componen el título consolidan a su autor en la zona donde, a partir de los sofistas, han habitado solamente pensadores insumisos, seres cuya disconformidad agobia cualquier expresión del oscurantismo. El libro se halla dividido en tres partes principales. Cada sección discurre sobre una veta que, para gozo del pensamiento crítico, Roberto ha decidido explotar. Antes de abreviar las características que poseen sus distintas fracciones, no es ocioso ...

El reto de ser coherente

- José Ortega y Gasset asevera que la ética es «el arte de elegir la mejor conducta». Desde luego, esta noción debe ser complementada según criterios que diluciden cómo establecemos la ruindad o nobleza del acto evaluado. Hay planteos que, para determinar si alguien obró apropiadamente, se limitan a considerar las consecuencias; así, cuando el efecto es positivo, la causa sería límpida. Por otro lado, existen juzgadores del comportamiento que lo ponderan sin mensurar sus repercusiones, pues prefieren examinarlo teniendo en cuenta su propio y actual mérito. Asimismo, finalizando las opciones más remarcables, una tercera corriente invalida todo desempeño que contradiga la posición adoptada precedentemente. Esta última propuesta tiene a la coherencia como piedra de toque; por ende, quien proceda en armonía con los valores y principios que han marcado sus anteriores decisiones no recibirá ningún reproche: su conducta será calificada de íntegra. Desde que la insania de alterar, s...

La caída del tiempo

Roberto Barbery Anaya En el tercer círculo del Infierno, Dante le pregunta a Virgilio si las almas pecadoras seguirán sufriendo después del Juicio Final. El poeta le recuerda que en el camino que recorren las sombras para recuperar la virtud, hay una relación proporcional entre perfección y dolor; que a mayor perfección, mayor dolor... Dante insinúa en este breve pasaje el meollo de la doctrina cristiana. El sufrimiento es el pasaje a la perfección. La dolorosa conciencia del pecador , edificada sobre la idea de la culpa y el arrepentimiento, representa la idea morbosa de la expiación. Literalmente, supone rasparse las rodillas y golpearse el pecho todos los días y todas las noches, cantando a voz en cuello: “Ten piedad...ten piedad...” Es, precisamente, el símbolo geográfico de la piedad cristiana... Sin necesidad de apelar a corrientes seculares de la filosofía, encontramos recetas menos crueles en otras religiones para alcanzar la perfección, como en el caso del...