Las causas nobles no disculpan los actos innobles. Tzvetan Todorov Es inevitable que la versión de los triunfadores prevalezca. Esto pasa en las guerras, sublevaciones y combates que, por diferentes razones, los hombres han perpetrado desde su creación. No importa la cifra de atrocidades que los victoriosos hayan cometido; generalmente, sus víctimas pierden el derecho a la denuncia, siendo marcadas por las infamias, privadas del recuerdo histórico. Hay, pues, un relato que, sin mayores alteraciones, debe repetirse durante toda la eternidad. Así, la proliferación de virtudes impide cualquier crítica que tienda a aclarar los acontecimientos. La misión sería glorificar sucesos que, en algunos casos, no sirven sino para revelar las perversidades del ser humano. Cuando nos topamos con esta realidad, conviene levantar la voz e intentar que las alabanzas sean pulverizadas. Esto exige pronunciar verdades que, aunque carezcan de patrocinio editorial, puedan acabar...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.