La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido. Milan Kundera Aunque se amenace con rompernos la garganta, tenemos el deber de gritar que hay un régimen inmundo. No ignoro los múltiples procedimientos que han sido inventados para conducirnos, grosera o sutilmente, al silencio más vergonzoso. Porque abstenerse de acusar a corruptos, torturadores, asesinos e ineptos es un hecho que acaba con la dignidad. No existe miedo alguno que pueda ser útil para justificar esa omisión. El ciudadano comprometido con la libertad no debe, desde ninguna perspectiva, contemplar cómo una sociedad se vuelve inhabitable. La democracia se fortalece cada vez que alguien levanta el tono de su voz. Habiéndose reconocido este derecho, inherente a la esencia de los hombres, corresponde que, sin importar las circunstancias, acometamos su ejercicio. Sólo una dictadura puede irritarse frente a ese acto, cuya repetición es un síntoma de salud. Cuando se tiene decencia...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.