Ir al contenido principal

Por la vigencia de nuestro anhelo

-

Durante los últimos meses, el desánimo prosperó entre quienes extenuaron sus gargantas con el objetivo de agraviar, siquiera verbalmente, al régimen que dirige Juan Evo Morales Ayma. El fervor que singularizó las movilizaciones cívicas, los heroísmos parlamentarios y la resistencia de autoridades republicanas fue disminuyendo hasta volverse imperceptible. Antes que algunos opositores facilitaran el arribo del ocaso, ninguna proeza parecía irrealizable; la confianza en nuestras ideas, siempre superiores, cimentaba los mayores planes, aun las ensoñaciones más utópicas. Se llegó al fascinador extremo de relegar la legalidad porque las innovaciones del oficialismo contrariaban un código ético que, desde hace mucho tiempo, se respeta en Occidente. En ese lapso, al igual que Thoreau cuando cuestionó la esclavitud, hubo personas dispuestas a obedecer lo prescrito por su conciencia, siguiéndola sin vacilaciones, aunque ello supusiera violar las leyes. Para no avivar la nostalgia, tal vez baste afirmar que estuvimos cerca de participar en una verdadera desobediencia civil.

El Movimiento Al Socialismo ha sido pródigo en dar motivos para desacatar sus normas. Acostumbrados al despotismo y el ataque a quien no comparte las imbecilidades del partido gobernante, los oficialistas trabajan en la imposición de reglas perjudiciales, preceptos que buscan sólo derrocar la obra político-institucional moderna. Recurriendo al monopolio de la coacción legal, ellos exigen que los acompañemos en este viaje a la desventura. Si optamos por condenar el trayecto, recordando masacres e indigencias del pasado, traen a nuestra memoria los excesos antijurídicos que se han cometido con su aquiescencia. Es superfluo formular amenazas que intenten amilanarnos; el mal es regularmente actual, cercano, forzoso. Como ha pasado con todas las dictaduras, el Gobierno deja la protección del ejercicio de los derechos elementales para permitir un sometimiento al orden preconizado por el autócrata, pues no consiente limitaciones al poder. La utopía que persiguen demanda el abandono de las conquistas del mundo civilizado.

Frente al proyecto masista, surge el ideal que tiene como piedra de toque la libertad individual. Según esta óptica, el robustecimiento de la Administración pública conlleva inevitablemente una reducción del campo privado, poniendo en riesgo a los sujetos que procuran vivir sin controles arrogantes. La burocracia debe mantener las circunstancias requeridas para el desarrollo soberano del hombre, quien, junto con sus congéneres, fija los límites racionales que precisa todo gobernante. Las sospechas acerca del peligro de su expansión se hallan fundadas, más aún cuando aquélla es materializada en lugares donde la propensión al autoritarismo es masiva. Cualquier propuesta que contradiga esta verdad se asienta sobre bases monstruosas; glorificada, sus perversiones son ineluctables. En suma, siendo liberal, sostengo que la fórmula de individuos autónomos, sociedades abiertas y economías libres constituye nuestra mejor opción si ansiamos terminar con las vilezas del presente.

Advertidos los designios de ambos planteamientos ideológicos, la supremacía del segundo reclama un apoyo sin mesura ni perplejidades. Además, cuando hay elecciones, esta convicción debe manifestarse en la colaboración entusiasta, invariable, tenaz al candidato que atice la esperanza de concretar los antojos desencadenados por el liberalismo. Sus contendores no deben despertar conmiseración, ya que, mientras la situación sea crítica, los desaciertos producirán perjuicios severos, probablemente irreparables. En este sentido, exteriorizo mi respaldo a la candidatura de Juan Carlos Urenda Díaz porque considero que sus razonamientos y actitudes son adecuados para construir el destino anhelado por quienes repudian el edén que ofrecen los gobiernistas. Estoy seguro de que sus correligionarios no descuidarán la libertad, el mayor valor; sin duda, ellos no parecen tener las características del anterior plantel prefectural. Espero que los demás ciudadanos apuesten también por la perseverancia de nuestra lucha. La repetición de yerros electorales puede resultar mortífera.

Apunte fotográfico. La imagen que ilustra mi texto pertenece al periódico El Deber.

Comentarios

carlos ha dicho que…
te hiciste militante
q fea sorpresa
pero fue por la mejor opcion

Entradas populares de este blog

Les presento mi nuevo libro: «Escritos anti-Morales. Reflexiones de un opositor liberal»

- Prólogo de Manfredo Kempff Suárez - Conocí a Enrique Fernández García en La Paz, hace un par de años, por intermedio de Mariano y Fernando Baptista Gumucio, naturalmente que en algún acto cultural que hoy no recuerdo. «Este es un joven cruceño, lleno de inquietudes y talento, que promete muchísimo», me dijo Mariano, con agregados complacientes de nuestro querido y extrañado Fernando, fallecido hace poco. Si los Baptista Gumucio afirmaban eso, por algo sería. Y en efecto, poco después, leyendo algunas notas de Enrique, me sorprendí por su estilo impecable y culto, y por sus enormes conocimientos filosóficos, jurídicos, históricos y literarios. Pero, además, por su capacidad de análisis y de interpretación de las cosas, hecho poco frecuente en Bolivia. Los estudios de Derecho, la cátedra universitaria, la actividad periodística, su inquietud política, pero sobre todo su infinidad de lecturas, nos señalan que, como afirmaban quienes lo conocieron antes, estábamos fren

Vida y obra de Manfredo Kempff Mercado

      Fue un caso extraordinario de entusiasmo y amor hacia la filosofía. Augusto Pescador   1. Aspectos biográficos   Manfredo Kempff Mercado nació el 8 de enero del año 1922 en Santa Cruz de la Sierra. Fue hijo de un médico alemán, Francisco Kempff, y una dama cruceña, Luisa Mercado, quienes tuvieron cinco hijos, los que realizaron aportes de importancia a la sociedad. A propósito, se destaca lo hecho por Enrique, hermano mayor de Manfredo, pues debe ser considerado como uno de los principales escritores del siglo XX en Bolivia. Asimismo, se resalta la figura de Noel, importante biólogo que, trágicamente, fue fatal víctima del narcotráfico, desencadenando una indignación ciudadana que sirvió para repudiar a los que incurrían en esos hechos ilícitos. Nuestro pensador obtuvo su bachillerato en el Colegio Nacional Florida. Luego, contando veintidós años, se tituló de abogado gracias a la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Su tesis, defendida el 30 de diciembre de 19

Manfredo Kempff Mercado, un héroe del pensamiento

- - Sencilla y deleitable tarea hablar de los triunfadores, porque exaltando sus proezas es como si buscáramos estímulo para el propio ascenso. Fernando Diez de Medina - La vida, pensamiento y obra de algunos individuos sirven para confirmar vocaciones que, por distintas razones, pueden permanecer oprimidas hasta el último estertor. Es una interpelación que se nos hace, un llamamiento del cual la menor evasiva resulta incalificable. No se trata de copiar al que haya logrado concentrar nuestras atenciones, pues, con escasas salvedades, las reproducciones en este ámbito son defectuosas. Los siglos están colmados de mortales que han pretendido emular, sin éxito, a quienes alcanzaron la cima. Son incontables las caricaturas, esos bufones que, privados de originalidad, estudian gestos, poses e ideas del prójimo para simular excepcionalidad. Ellos no contribuyen al homenaje que debe rendirse a los grandes individuos, menos todavía si descollaron por sus reflexiones. Porque éstos me