Fue un caso extraordinario de entusiasmo y amor hacia la filosofía.
Augusto Pescador
1. Aspectos biográficos
Manfredo Kempff Mercado nació el 8 de enero del año 1922 en Santa Cruz de
la Sierra. Fue hijo de un médico alemán, Francisco Kempff, y una dama cruceña,
Luisa Mercado, quienes tuvieron cinco hijos, los que realizaron aportes de
importancia a la sociedad. A propósito, se destaca lo hecho por Enrique,
hermano mayor de Manfredo, pues debe ser considerado como uno de los
principales escritores del siglo XX en Bolivia. Asimismo, se resalta la figura
de Noel, importante biólogo que, trágicamente, fue fatal víctima del
narcotráfico, desencadenando una indignación ciudadana que sirvió para repudiar
a los que incurrían en esos hechos ilícitos.
Nuestro pensador obtuvo su bachillerato en el Colegio
Nacional Florida. Luego, contando veintidós años, se tituló de abogado gracias
a la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Su tesis, defendida el 30 de
diciembre de 1942, se tituló «El fenómeno económico en la evolución nacional». Si
bien el Derecho fue objeto de estudio, no hubo sino muy poca práctica
profesional al respecto. Lo que sí ejerció, incluso siendo todavía
universitario, fue el profesorado. En efecto, a nivel de la educación
secundaria, fue docente de Filosofía. Sin duda, se ponía así en evidencia una
vocación que lo acompañaría durante toda su vida.
Casado con Justita Suárez Montero, tuvo tres hijos:
Manfredo, Julio y Mario. La familia procuró acompañarlo en sus distintos
destinos. En 1951, formando parte de las candidaturas del Partido de la Unión
Republicana Socialista, obtuvo el suficiente respaldo electoral para ser
diputado; empero, debido a la cesión del poder a los militares que hizo Mamerto
Urriolagoitia, no pudo asumir como legislador. En 1952, Kempff Mercado fue
designado como representante de Bolivia ante la UNESCO. Por causas políticas,
vale decir, la Revolución del MNR, régimen que forzó luego su exilio, no pudo
cumplir con esas funciones diplomáticas. Más adelante, en 1966, por el Frente
de la Revolución Boliviana, fue electo como senador por Santa Cruz, llegando a
ejercer la presidencia de la Cámara Alta. Sus labores como parlamentario fueron
interrumpidas por el derrocamiento del presidente Luis Adolfo Siles Salinas, en
1969, quien había asumido la primera magistratura del país por el accidente
aéreo que acabó con la vida de René Barrientos Ortuño. De vuelta a Santa Cruz,
fue profesor en la Gabriel René Moreno, brindando conferencias varias. Falleció
el 12 de noviembre de 1974.
2. Cátedra y obra
Apostolado y producción intelectual
Manfredo Kempff Mercado deja su
lugar natal y, en 1946, se traslada a La Paz. Comenzó entonces su vida como
profesor de la Universidad Mayor de San Andrés. Dos años antes, Augusto
Pescador Sarget y Roberto Prudencio Romecín habían fundado la Facultad de Filosofía
y Letras en esa institución académica. Don Manfredo llegó a ser allí profesor
(1946-1953) y, además, titular de la vicedecanatura, un hecho significativo en
vista de su edad y origen. Con todo, su labor docente fue tan relevante que
rebasó las fronteras nacionales. Así, entre 1955 y 1964, estuvo en Chile,
impartiendo clases de distintas ramas filosóficas. Durante los dos años
siguientes, profesó en la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela, siendo
responsable de diversas asignaturas y seminarios. Es útil añadir que, entre
1953 y 1954, estuvo en Brasil, donde tuvo la meritoria experiencia de dar un
curso sobre la historia de las ideas en Latinoamérica; de este modo, trabajó en
la prestigiosa Universidad de Sao Paulo. Se recalca que, durante los últimos
años de vida, prestó servicios docentes en su Alma Máter.
En una separata de la
revista Kollasuyo, edición aparecida
el año 1952, se publicó Vida y obra de
Mamerto Oyola. Se trata de un estudio biográfico e intelectual que firmó
nuestro filósofo. Tiempo después, en 1958, se lanza la que será su obra más
relevante, Historia de la filosofía en
Latinoamérica. Efectivamente, editada por Zig-Zag, empresa chilena, será el
primer libro con ese título, constituyéndose, como se demostrará más abajo, en
una referencia forzosa sobre la materia. Posteriormente, 1965, publica dos
volúmenes, Introducción a la antropología
filosófica (Chile) y ¿Cuándo valen
los valores? Ensayos de axiología (Venezuela). Por último, en 1973, su Filosofía del amor aparecerá gracias a
la Editorial Universitaria (Chile).
Al margen de los títulos
antes señalados, Kempff Mercado escribió numerosos textos que fueron publicados
en periódicos nacionales y extranjeros. En efecto, fue columnista de Presencia (Bolivia), El Comercio (Perú) y El Mercurio (Chile), entre otros
diarios, contribuyendo a la reflexión pública sobre temas relevantes. Se
precisa que esas colaboraciones a la prensa, así como también todos los libros,
fueron recogidos y publicados en 2004, contándose, por tanto, con sus Obras completas. Este volumen
antológico, en cuya elaboración intervino un gran especialista suyo, Marcelino
Pérez Fernández, sirve para evidenciar, en toda su magnitud, la potencia
reflexiva y clara erudición de don Manfredo.
Respecto a sus
intervenciones en el periodismo de ideas, cabe resaltar que no fueron artículos
sólo expositivos. Sí, desde luego, escribió en torno a filósofos, libros y
corrientes; no obstante, se decantó igualmente por las reflexiones acerca de
problemas que ofrecía la realidad política del país. En estos casos, sin dejar
de ser cerebral, el tono de sus intervenciones era distinto. Su mirada crítica
era, pues, clara y firme, aunque no incurría en exageraciones u ofensas cuando
no estaba de acuerdo con alguien. Así, no es un accidente que Edgar Oblitas
Fernández hubiese recogido su famosa contienda por escrito con José Antonio
Arze sobre marxismo (1951-1952) en el segundo tomo de La polémica en Bolivia (1997). Aclarando el contexto, pongo de
relieve que era entonces Kempff un joven catedrático mientras que Arze,
dieciocho años mayor, una de las principales mentes de la izquierda en Bolivia.
Para Oblitas, en ese debate, nuestro pensador demostró “una vasta cultura
filosófica, una vocación seria para transitar por el áspero camino de las
especulaciones filosóficas, vocación que pronto dio sus frutos en importantes
estudios filosóficos”.
Reconocimiento de su valiosa labor
Además de ser un diestro profesor y fértil
pensador, Manfredo Kempff sobresalió como escritor. Lejos de componer textos
oscuros, como pasa con Hegel o Heidegger, su estilo es tan agradable cuanto
intelectualmente provechoso. Se nota su gusto por José Ortega y Gasset, quien
consideraba que la cortesía del filósofo radicaba en su claridad. No es casual
que, desde 1969, haya sido parte de la Academia Boliviana de la Lengua, siendo
también miembro correspondiente de la Real Academia Española. El título de su
tema de ingreso a la Corporación fue «Del problema de las palabras y del
lenguaje filosófico»; a propósito, en Bolivia, ocupó el asiento que tuvo antes
don Alcides Arguedas. Cabe decir que su relación con la literatura se refleja
asimismo en las funciones desempeñadas como autor de adaptaciones de obras
clásicas. Ocurre que, por encargo de la precitada editorial Zig-Zag, se ocupó
de componer versiones especiales de Robinson
Crusoe, Los tres mosqueteros y Ben-Hur, para no dar más títulos, las
cuales siguen siendo comercializadas.
Desde la veintena,
participó en encuentros relacionados con el mundo de la filosofía. Al respecto,
debe destacarse que, a nombre de las delegaciones latinoamericanas, dio el
discurso inaugural del III Congreso Interamericano de Filosofía, el cual fue
celebrado en México el año 1950. Viajó también, acompañado de Augusto Pescador,
en 1951, al Congreso Internacional de Filosofía, que sirvió para conmemorar el
cuarto centenario de la Universidad de San Marcos (Perú). Hará lo mismo en
Chile (1956) y Argentina (1959). Es importante resaltar que, a diferencia de
otros intelectuales bolivianos —por ejemplo, Franz Tamayo—, Kempff Mercado tuvo y alimentó lazos con pensadores del extranjero. Entre
otros, tuvo trato con Francisco Romero (el año 1964, don Manfredo colaboró en
el Homenaje a Francisco Romero que
publicó la Universidad de Buenos Aires) y Risieri Frondizi, en Argentina, relacionándose
también con Francisco Miró Quesada, del Perú, al igual que mereció las
atenciones del destacado Leopoldo Zea, una de las grandes figuras de la
intelectualidad mexicana. En cuanto a los vínculos con sus connacionales,
pueden resaltarse algunos casos. Está su importante relación, de respeto
académico y amistad cercana, con Roberto Prudencio. Menciono asimismo su trato
con Guillermo Francovich, quien lo citó y comentó en más de una oportunidad
(verbigracia, en su libro El pensamiento
boliviano en el siglo XX, de 1956).
En 1961, un resumen de
su Historia de la filosofía en
Latinoamérica, como apéndice, fue publicado en la traducción al español de
la célebre Kleine Weltgeschichte der
Philosophie (Historia universal de la
filosofía), de Hans Joachim Störig, mereciendo varias ediciones y en seis
idiomas. Hasta el día de hoy, cualquier revisión seria del pensamiento
latinoamericano la cuenta en su bibliografía. Fue el primer libro con ese
título; empero, más allá de tal originalidad, sus reflexiones y mirada general
tuvieron una calidad que aseguró su trascendencia. Así, sea Carlos Fortín
Gajardo (Introducción a la filosofía y
vocabulario filosófico, de 1960), Harold Eugene Davis (Latin American Revolutionary Thought, 1962), Luís Washington Vita (Momentos decisivos do pensamento filosófico,
1964), Alberto E. Buela (Hispanoamérica
contra Occidente: ensayos iberoamericanos, 1966), Francisco Larroyo (Historia de las doctrinas filosóficas en
Latinoamérica, 1968, en coautoría con Edmundo Escobar), Augusto Salazar
Bondy (¿Existe una filosofía en nuestra
América?, 1968), Leopoldo Zea (América
Latina en sus ideas, 1986), Hugo Edgardo Biagini (Filosofía americana e identidad: el conflictivo caso argentino,
1989), Christian Hermann (Les Révolutions dans le monde ibérique,
1766-1834: L'Amérique, 1989), Gonzalo Díaz Díaz (Hombres y documentos de la filosofía española, 1995), Enrique
Dussel (El pensamiento filosófico
latinoamericano, del Caribe y "latino" [1300-2000]: historia,
corrientes, temas y filósofos, 2001, en coautoría con Eduardo Mendieta y
Carmen Bohórquez), Jorge J. E. Gracia (Latinos
in America: Philosophy and Social Identity, 2008), Arleen Salles (The Role of History in Latin American
Philosophy: Contemporary Perspectives, 2012, en coautoría con Elizabeth Millán), Raúl Fornet Betancourt (Guía Comares de filosofía latinoamericana,
2014, en coautoría con Carlos Beorlegui), Santiago Castro-Gómez (Crítica de la razón latinoamericana,
2015), Margarita M. Valdés (Cien años de
filosofía en Hispanoamérica, 2016), Luis Corvalán Marquez (Para una historia de las ideas en nuestra
América, 2016) o Kevin White (Hispanic
Philosophy in the Age of Discovery, 2018), para no alargar una, con certeza,
dilatada reminiscencia, todos ellos —en español, inglés, francés o portugués— han abrevado del trabajo de
Manfredo Kempff Mercado. Añado que su nombre aparece en el segundo tomo
(entrada filosofía americana) del
celebérrimo Diccionario de filosofía de
José Ferrater Mora, al igual que se lo menciona en el Diccionario de filosofía que, en Bolivia, elaboró Roberto Ágreda
Maldonado (2018).
Finalmente, respecto a
su valía, es menester apuntar que, en Bolivia, ilustres intelectuales se
ocuparon de reflexionar sobre sus ideas y libros. En este sentido, tenemos a
Marcelino Pérez Fernández, pues publicó Manfredo
Kempff Mercado: filósofo de los valores y de la cultura (1990), mientras
que, por su parte, Renato Díaz Matta escribió El pensamiento vivo de Manfredo Kempff Mercado, un filósofo del Oriente
boliviano (2001). También, el año 2001, tenemos El pensamiento filosófico en Bolivia, donde Jesús Taborga lo
analiza, como hace con otros filósofos. Acoto que, ya en 1959, su nombre
aparece citado por Fernando Díez de Medina en su importante Literatura boliviana, obra que Aguilar
editó en España; asimismo, en la muy conocida Historia de la literatura boliviana (edición de 1975) de don
Enrique Finot, Luis Felipe Vilela lo menciona como un ensayista “de primera
fila”. Destaco, por otra parte, que es uno de los Cruceños notables (1998) que fueron considerados
por Hernando Sanabria Fernández; asimismo, integra el elenco de Personajes notables de Santa Cruz
(2003), de Angel Sandoval Ribera; además, aparece entre las Figuras bolivianas en las ciencias sociales
(1984), de José Roberto Arze, y en el Diccionario
histórico de Bolivia (2002), dirigido por Josep Barnadas; también, es uno
de los Pensadores del Oriente boliviano
(2019) seleccionados por Daniel A. Pasquier Rivero y Enrique Fernández García.
Para concluir, respecto a los estudios que se le han dedicado, apunto que, en
2005, Eugenio Vasquez Torrez defendió una tesis de grado para la Licenciatura
en Filosofía, en la carrera de Filosofía de la UMSA, con el trabajo intitulado Formas dialécticas en el pensamiento
historiográfico de Manfredo Kempff Mercado. Tal ha sido el impacto de su
ideario.
Comentarios