Adjunto la versión completa de mi entrevista en El Nuevo Día y La Razón para que la divulgues, hasta en territorios no santos...".
1.- ¿Cuáles son los motivos para su renuncia al espacio de opinión en PAT?
El episodio tiene una trayectoria sinuosa:
A mediados de año, el Gerente del Canal me comentó que una autoridad ante la cual tenían pendiente algún trámite le había dicho que un analista que incomodaba en forma especial al Gobierno era Roberto Barbery, porque ejercía demasiada influencia en los círculos que generan opinión… Lo tomé como un elogio…
Semanas después, me dijo que sobre las empresas del nuevo accionista del Canal estaba recayendo una inusual fiscalización gubernamental… Lo tomé como una infidencia peregrina…
Hace un par de meses, me pidió que nos reuniéramos. Me dijo que habían analizado el formato del noticiero, que ya no querían un análisis crítico y que me proponían hacer un programa diferente… Lo tomé como una afrenta… y le respondí que obviamente no aceptaba la propuesta, y que renunciaría esa misma noche… Se disculpó inmediatamente, y me pidió que olvidáramos la conversación…
Finalmente, el miércoles 31 de octubre, me pidió otra vez que conversáramos, y lo hicimos poco antes del noticiero. Efectivamente, parece que había olvidado el desencuentro anterior..., porque me dijo que habían analizado el formato, que ya no querían un análisis crítico y que me proponían hacer un programa diferente…Le respondí con palabras irreproducibles que no negociaba mi opinión, que con mi renuncia desistiría inclusive de la posibilidad de acceder al desahucio legal y renuncié al vivo en el noticiero “…por diferencias irreconciliables con la dirección de este canal…”
No es la primera vez que me toca actuar poniendo mi integridad por encima de cualquier situación. También renuncié cuando era Ministro de Estado, porque me sentía afectado por una campaña de manipulación que intentaba distorsionar mi trabajo en favor de profundizar el proceso de descentralización y generar condiciones para constituir autonomías departamentales…
2.- ¿Usted cree que su posición crítica en contra del Gobierno influyó en su salida?
Bueno, el Gobierno no está en contra de la crítica, en efecto... Está en contra de la crítica que le parece adversa… Cuando elogié el Decreto del 1° de mayo de 2006, el propio Presidente hizo una festiva alusión a mi comentario en un acto público… Después, me pusieron a la cabeza de una lista de notables y supuestos conspiradores al servicio de no sé qué intereses foráneos… Mi análisis crítico siempre ha respondido con lealtad a la tozudez de mis principios y a las deficiencias de mi formación… En todo caso, el Gobierno considera que la democracia es un obstáculo para sus fines: no cree en el cumplimiento de la Ley ni en la práctica del pluralismo.
3.- ¿Cuáles son los fundamentos de esa posición crítica?
Las deficiencias de naturaleza cultural, que son generales, pero que encuentran en el Gobierno un escenario de manifestación recurrente, y que tienen como característica principal el menosprecio de la vocación universal que requieren los espacios públicos. La visión parcial y la pretensión absoluta, que parte de actitudes particularistas, basadas en lecturas unilaterales de raza, cultura, región, clase o sector, que menoscaban la dignidad del ser humano…
Se descuida que la democracia tiene como fundamento el reconocimiento de la ciudadanía, más allá del azar necesario y fortuito de haber nacido en alguna parte o de pertenecer a alguna de las razas del mestizaje…
La consecuencia natural de esta deficiencia cultural es el corporativismo; el individuo no existe en el mapa de la desgracia… Sólo existen las personas colectivas – es decir, los sindicatos, las regiones, las naciones -, no las personas individuales, de existencia real y concreta…
4.- ¿Cómo evalúa su paso por la televisión?
En términos personales ha sido una experiencia muy enriquecedora, que me ha permitido crecer en lo humano y en lo profesional, favoreciendo una curiosidad interdisciplinaria que siempre he buscado cultivar. En términos generales, más allá del análisis crítico en el informativo de la noche, que por su naturaleza tiene alcances controvertibles - y en ello radica, precisamente, su fundamento -, se ha desarrollado una relación dialéctica a través del programa Fisuras, basada en el argumento propio, como iniciativa de reflexión, y en la conversación, como forma de proponer el debate.
En todo caso, el principal aporte del programa ha sido configurar un ámbito distinto, llevando adelante conversaciones con especialistas, orientadas a incursionar en temas universales vinculados a la Filosofía, la Literatura, la Política y la Cultura, planteando, además, una ética que parte del reconocimiento de la persona en su dimensión singular, por encima de cualquier alienación corporativa.
Con ese marco de referencia, se han hecho programas de características inéditas, como el debate ideológico con el actual Vicepresidente de la República, la controversia filosófica sobre la muerte de Sócrates, el examen contemporáneo del Liberalismo de Rawls o el análisis literario de la obra de Borges, sin descuidar temas históricos de interés nacional, como la vida y el pensamiento de Andrés Ibáñez, que abordamos con Carlos Hugo (Molina) y Carlitos (Valverde).
Como se puede ver, prefiero hablar de lo que hice…
No quiero dejar de mencionar que me siento profundamente reconocido por las muestras espontáneas de consideración y aprecio que he recibido en todo el país - y en particular en Santa Cruz y La Paz -, aún más allá de las eventuales diferencias de opinión en relación a los tópicos. Tampoco quiero dejar de subrayar el respaldo incondicional de Roberto, Veralucía y Mariella, que más de una vez han puesto con alegría la cara por su padre…
En fin… Creo que he contribuido a despertar una duda: hasta se puede ser un poco serio sin aburrir mucho a la gente…
5.- ¿Volvería a trabajar en televisión?
El futuro es una superstición, y en Bolivia, además, una incertidumbre… Ni siquiera se puede descartar que se vuelvan a dar las condiciones…
Comentarios
Sin necesariamente compartir todas sus opiniones, admiro su entereza ética, sus principios libertarios y su capacidad analítica. Roberto ha demostrado en Fisuras ser un hombre inteligente e instruido, con alto valor ético y estético y de convicciones bien definidas y defendidas. Poco amigo de la diatriba y amante de la lucha de ideas y argumentos, discutir con él es discutir principios y valores y no una competencia de improperios y acusaciones adyacentes e irrelevantes. Docto en la lógica como en la retórica, de un léxico prolijo, como prolijos son sus conocimientos de historia, filosofía y letras, Roberto nos deleita con su palabra. También nos molesta, porque cuando se está en desacuerdo con él, refutarlo requiere del más cuidadoso ejercicio intelectual.
Quisiera decir de Roberto que es un gran cruceño, pero siento que pecaría de injusticia al hacer esa afirmación. Roberto es mucho más que eso, como Borges, es un hombre universal, preocupado por los temas que conciernen al individuo universal (libertad individual, tolerancia, la búsqueda de la razón, la verdad y la felicidad) independientemente del espacio geográfico en el que habite. Hombre capaz de defender sus convicciones incluso a costas de ser tildado de traidor por mentecatos nacionalistas y regionalistas.
Intereses económicos privados y la presión de un Gobierno sin la mínima convicción democrática lograron su renuncia. Con esto, la televisión pierde a uno de sus mejores analistas. Sin embargo, en la tristeza que nos embarga también hallamos motivos de alegría. Alegría por constatar que existen personas que están dispuestas a defender sus principios más allá de razones mercantilistas. Porque es esperanzador encontrar personas con ética y honestidad en esta sociedad plagada de corruptos, vividores y Judas dispuestos a venderse por treinta monedas. Porque Roberto se convierte en un ejemplo y en una guía para aquellos que pretendemos seguir sus pasos. Porque tuvo que haber expuesto alguna o muchas verdades irrefutables y lo suficientemente molestosas como para que intenten acallarlo.
Por lo anteriormente expuesto, declaro mi admiración, mi apoyo y mi esperanza de ver pronto a Roberto Barbery regalándonos sus Fisuras desde cualquier otro canal.
el asunto está jodido
política es política, la libertad de expresión es un invento reciente y la democracia moderna lo es aún mas... no es de extrañar que sucedan estos brotes autoritarios, de todas maneras, hace poco mas de 60 años Alemania estaba gobernada por un genocida y hace 20 España por un dictador.
Como observador constante de sus intervenciones y de Fisuras, considero que Barbery ocupaba un vacío que no puede ser rellenado con programas que tienen que ver más con el libertinaje que con la libertad, y que se ocupan de vender por su facilismo y su frivolidad.
Por otro lado, mi percepción absolutamente individual es que PAT nunca "explotó" en el buen sentido de la palabra la presencia y las posibilidades de Barbery ni en esta ni en la anterior gestión probablemente por la idea de que la inteligencia, el pensamiento crítico y el análisis profundo conciernen más a élites que al conjunto de la población. Y en mi criterio, ese es uno de los enormes problemas con los que cuenta el país. El prejucio absurdo de que solamente unos cuantos tienen la capacidad de "pensar" y de expresar con propiedad sus opiniones. Estereotipos de "educación" que conciernen a todos y a todas, casi por igual y que nos obligan a convivir con las muletillas, el asombro, y la imposibilidad de hablar con habilidad y sin temor.
Pese a ello, a que Barbery deja perplejos y apenados a todos quienes admiramos su talla intelectual, considero que este alejamiento es sumamente provechoso para su persona porque probablemente pueda reconsiderar su camino y dedicarse a proyectos y escenarios mucho más provechosos para su individualidad. Pasa que, por mucho esfuerzo que se haga, hay valores y esencias que no pueden alternar en lugares donde el cálculo monetario está por encima de la dignidad de los seres humanos. Cerrar un ciclo, reconociendo sus beneficios, y abrir la puerta de un mundo nuevo podría ser una excelente oportunidad para recrear el alma.
Van mis mejores deseos para Roberto Barbery Anaya, esperando que alcance el lugar que le corresponde por derecho y capacidad propia.
Sin duda alguna podrá lograrlo con su esfuerzo y tenacidad, y con el apoyo y la presencia de amigos de la talla de Enrique Fernández con los cuales no solamente se dedica a caminar por los senderos de ilustres y pensadores de manera docta y lógica, sino que se anima a compartir el universo lúdico, donde el juego, la ternura, la ingenuidad y el retorno a la adolescencia son pruebas más que elocuentes de que la sensibilidad y la sonrisa no están reñidas para nada con la intelectualidad, sobre todo cuando sólo se trata de seres humanos que cuentan, además, con un corazón noble y generoso.
Para ambos, un abrazo afectuoso.
Hola caido del tiempo, pasaba a Saludarte.
Columba