La tarea del pensamiento se impone como algo disonante. Si no, es creencia. Si no, no existe como tal. Tomás Abraham Todo progreso ha sido el efecto de una discrepancia. En las distintas eras, jamás faltó el mortal que juzgase la realidad anómala, insatisfactoria, imperfecta. No interesaba que sus contemporáneos pensaran diferente. Aunque existiera un acuerdo masivo acerca de las gracias del presente, él tenía motivos para levantar la mano derecha y lanzar críticas. Una de sus certezas era que nada podía ser impecable; por tanto, el mejoramiento debía convertirse en un desafío permanente. A riesgo de sufrir por oponerse a las comodidades mayoritarias, aceptaba la misión con una entrega plena. Su conducta no hacía sino reflejar esa convicción. No debe interpretarse este papel como una expresión de misantropía; al contrario, el rechazo a las anuencias ajenas es un llamado a revisarlas para lograr provechos superiores. Pasa que, cuando es auténtica, la crítica quie...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.