los cuervos piden al cielo que tú vuelvas del infierno, pues tu muerte no ha sido suficiente. Pedro Shimose - El totalitarismo es un monstruo de varios rostros. Los historiadores hablan de hombres que, gracias a su ingenio, apetito y brutalidad, encabezaron gobiernos indiscutiblemente atroces. La existencia de individuos que se han apoderado del trono para no compartirlo con los demás, salvo lapsos extraordinarios, es un hecho bastante conocido. Pero, aun cuando esos caudillos se conviertan en el principal símbolo del régimen, por lo cual las responsabilidades son mayores, su ejercicio del poder dista mucho de ser solitario. Para consumar abominaciones, el líder necesita de vasallos que lo ayuden, seres dispuestos a liquidar enemigos e inmolarse en pro del proyecto político. Éstos son los peones que, obedeciendo lo dispuesto por su adalid, hacen funcionar una maquinaria despiadada. Es comprensible que su presencia provoque indigestión. A fin de colaborar con un...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.