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Con el corazón a la derecha

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El conflicto entre libertad individual e igualitarismo socioeconómico sigue teniendo vida. Aunque algunos contemporizadores dictaminen que ya no hay tal antinomia, continúo advirtiéndola, notando su existencia para resaltar las disimilitudes esenciales. En este sentido, conviene afirmar que tanto izquierdistas como derechistas mantienen una lidia sempiterna, un lance sostenido por valores antagónicos. Frente a esta realidad, mi postura es orgullosamente inequívoca: liberal pertinaz, discípulo del excepcional John Locke, Karl R. Popper, Jean-François Revel, Mario Vargas Llosa, H.C.F. Mansilla y Mariano Grondona, además de otros razonadores, me sitúo a la derecha, desde donde vitupero las sandeces del contrario. Acepto el envío de dicterios, maldiciones, mofas, anatemas, etcétera: ninguna descalificación inquietará este convencimiento. Yo denuncio la inferioridad del zurdismo, sea su versión europea, asiática, latinoamericana o, peor aún, africana, por lo que censúrola sin vacilar.

En las sociedades civilizadas, la sucesión de los gobernantes se realiza plácidamente. Debido a su cordura, el modelo democrático que resguarda Occidente ha conseguido, desde la pasada centuria, una incuestionable validación internacional. Estando vigente, los ciudadanos han elegido a sus principales autoridades dentro de un marco signado por la voluntad general. Es avisado que esta modalidad sea conservada porque, aun cuando el copioso populacho venere a demagogos y vocingleros, sus principios no admiten rebatimientos; mientras se evite la tiranía mayoritaria, cumpliendo las normas concebidas para ello, ningún mentís encontrará pábulo. Esto no quiere decir que los ejecutores de las prácticas democráticas sean virtuosos, excelsos, divinos; con certeza, tienen falencias que obstan un mejor funcionamiento del sistema. Empero, ni siquiera esos desdoros motivan el cambio hacia regímenes monárquicos, aristocráticos, teocráticos o totalitarios.

Si las elecciones democráticas constituyen el escenario donde la pugna entre liberales e izquierdistas debe resolverse, no queda tiempo para los devaneos ni las dudas virginales: en Bolivia, la renovación de dos órganos públicos ya fue fechada; su cercanía, encalabrine o no a los opositores, agrava el requerimiento de unidad contra la facción oficialista. Los comicios de diciembre exigen relegar aquellas naderías que individualizan a partidos políticos y agrupaciones ciudadanas contrarias al Ejecutivo. Percibida la involución que alientan los gobiernistas, quienes no consientan este bastardeo tienen el deber, vital e ineludible, de recorrer un mismo camino. No imagino a personas sin autonomía, privadas de forjar cuestionamientos propios; mi planteo es distinto: sugiero caminar hacia la conquista del poder desestimando las bifurcaciones que, aunque simulen autenticidad, no soportan ninguna profundización. La exquisitez del pluralismo entre ciudadanos ilustrados debe ser circunstancialmente desdeñada para terminar con esta experiencia populista.

El fraude que hilvana diligentemente la Corte Nacional Electoral es una obviedad tan palmaria como los deseos masistas de clausurar el Parlamento. La situación gana complejidad porque un atormentado Poder Judicial no asegura el castigo de quien altere las reglas que norman estos procedimientos. Por otro lado, pese a que la crisis mundial le impone frugalidad, Hugo Rafael Chávez Frías acudirá, otra vez, al llamado de socorro del apóstol que los dioses precolombinos colocaron bajo su protección. También, vástagos de una ideología para mentecatos, es predecible que algunos gobernantes latinoamericanos certifiquen esta sinvergonzonería comicial. Sin embargo, el reto es enfrentarlos, probar que ni los apresamientos más indignos lograron anular nuestra predilección por la libertad. El frontispicio puede ser descorazonador, hasta capaz de segar inmediatamente las esperanzas que nos han impulsado los últimos años; no obstante, yo propongo irrumpir con el corazón a la derecha y librar este duelo pensando en una sentencia de Thomas Paine: “Éstas son las épocas que ponen a prueba el alma de los hombres”.

Comentarios

utópico ha dicho que…
es muy interesante que gente pseudo liberal, no defienda el libre mercado en el momento de crisis global del capitalismo.

por lo visto, el socialismo, es no solo loable, sino indispensable, cuando consiste en la socializacion de las perdidas.

lastimosamente la pedante actitud de la derecha y el neoliberalismo son las que han causado esta crisis. es por demas claro que la caida de wall street esta cambiando al mundo, hoy los chinos van poco a poco captando atencion y liderazgo en el rol de como sera manejada la crisis, y las politicas neo-confucionistas van a ir saliendo de los management schools de asia. del mismo modo, lula se puede dar el lujo de decirle a gordon brown (de frente) que son los blancos capitalistas los qeu causaron esta crisis.

asi que muchachito, no se donde vives, probablemente en una cueva.

Por lo que denotan tus posts, lees, lo que es bueno, (por cierto muy rescatable, deberias recomendarselo a tus conciudadanos. jijiji) Asi qeu supongo que estas consciente, que debido a que tu posicion es altamente dependiente del pensamiento occidental, y no puedes elaborar pensamientos desde la latinidad (ni hablar de la cruceñidad), no se puede, pues, seguir argumentando necedades. sobretodo, porque el pensamient liberal is under fire. ;-)

en fin.

leete el economista... ultimo bastion del neoliberalismo. Oooops, hasta ellos cambiaron la retorica.

saludos!
Anónimo ha dicho que…
En hora buena amigo. Ignora las criticas insulsas e improvisadas, comparto la idea de la libertad como valor máximo y del individuo como principal protagonista, ojalá que todos los ciudadanos bolivianos podamos hacer frente a los retos que se avecinan en el horizonte. Saludos.
Marcelo ha dicho que…
Utopico, debería darte verguenza. No eras vos el "montonerito" entusiasmado con el "proceso de cambio" del MAS? Era esto lo que apoyabas? Tenés cara para seguir opinando?...

Además, la libertad de mercado no tiene nada que ver con la delicuencia de Wall Street, ni con la criminalidad de Madoff. Eso es condenable desde todo punto vista. O vos podés mostrar que alguien a nombre de la libertad de mercado defienda esas estafas. Sería un imbécil, en todo caso. El liberalismo es un sistema, una suma de conceptos, perfectibles por supuesto.

Aun en estos momentos, sabelo, es el mejor sistema inventado. Creador de riqueza y facilitador de las condiciones materiales necesarios para el procuramiento de la felicidad de los individuos.

Lo que pasa es que las crisis, la miseria en Cuba y la ex URSS eran ocultadas. Masacrados quienes protestaban. Por que no hayan tenido difusión esos hechos, esos sistemas brutales son mejores?

Enrique: Felicidades por el post, valiente, claro, preciso. Saludos!
Andrés ha dicho que…
No es la primera vez que leo el artículo, si debo ser honesto, tampoco la segunda, y es que cada vez las letras de esta entrada siguen llenando e irradiando la mente de frescura liberal.

Este post es atrapante, es vigorizante, es un recurso que carga de energía para seguir.

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