Ese incendiario primer libro

En diciembre del año 2003, tras haber guerreado contra educadores incultos, discípulos necios y burócratas mediocres, publicamos Universidad enferma. Con Octavio Gutiérrez Figueroa, estimado compañero de profusas lidias, trabajamos cada folio pensando en una detergencia institucional que nunca pudo realizarse. Seguro de nuestro laudable designio, el profesor Blas Aramayo Guerrero escribió en las páginas introductorias:
“La Universidad así como es fuente de conocimiento, también lo es de crítica constante. Hasta ahora, sin embargo, no se conocía aquel examen sincero que provenga de sus propios protagonistas, que surja de su propio seno universitario, que constituya una verdadera autocrítica, porque cuando el juicio tiene su fuente interna, el que lo emite se está autocensurando. Con este criterio sale a la luz pública la obra intitulada Universidad enferma, producto de la inquietud y de la sensible y acuciosa percepción de dos dignos alumnos, con el bien ganado prestigio de 'Mejores Alumnos de la Universidad': Octavio Gutiérrez Figueroa y Enrique Fernández García.

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Los autores han perdido el miedo (¿o nunca lo tuvieron?) y frontalmente desnudan los males que aquejan a la Universidad. Realmente la Universidad está en crisis, está enferma; pero nadie hace nada para sanarla.

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Cuando los protagonistas universitarios actuales lean estos ensayos se verán retratados en cuerpo y alma y sentirán un cosquilleo urticante que les recorrerá toda su humanidad de arriba hacia abajo, acompañado de un sonrojamiento incontenible; claro que no todos experimentarán esa sensación, ya que, como dice el adagio popular, 'al que le haga el guante que se lo chante'. Cada uno de los temas tiene sus propios involucrados…”.
Asimismo, Mariano Baptista Gumucio, escritor pletórico de lauros nacionales e internacionales, aseveró cuando prologaba nuestro último título (La dictadura del Cuarto Poder):
“Lo primero que puedo elogiar en ambos autores, es el coraje que han tenido para poner al desnudo las falencias evidentes que muestra la Universidad 'Gabriel René Moreno' en general y su Facultad de Derecho, en particular. Diré a continuación que por duras que sean estas denuncias, todas ellas tienen un contenido constructivo y están escritas con esa pasión en la que hay mucho más de amor que de odio, como cuando Unamuno se refería a España. Me agradó particularmente esta obra, por el hecho de que mi primer libro, publicado hace varias décadas, se intituló precisamente Revolución y Universidad en Bolivia, y en él me ocupé de temas parecidos a los de Universidad enferma y creo que hay una clara coincidencia en mi crítica a la autonomía universitaria, que como se ha probado hasta la saciedad en sus 75 años de vida, ha sido a menudo refugio de camarillas mediocres y corruptas. Entre los grandes mitos del siglo XX boliviano en el sentido de que encubren penosas realidades y frustraciones, la autonomía universitaria debe, sin duda, figurar entre los primeros”.
Por lanzar ese libro, hemos sido receptores de apóstrofes, censuras, dilaciones administrativas, allende otros perjuicios menores. Empero, los regocijos nos siguen acompañando: felicitaciones veraces, críticas halagüeñas, ventas por Internet y, últimamente, la noticia de que University of Arizona lo menciona entre sus recursos bibliográficos.