Nunca hubo, en ninguna parte, escasez de personas ansiosas por encontrar una lógica a su desdicha, a sus humillantes derrotas y a las frustraciones de su vida, cargándoles la responsabilidad a las malévolas intenciones y monstruosas conjuras de otros. Zygmunt Bauman La historia del ser humano permite que contemplemos el pasado con un orgullo más o menos moderado. Tenemos motivos para sentir cierta complacencia. Es verdad que los avances políticos, económicos, culturales, entre otros, no han sido fáciles de conseguir; por lo contrario, su obtención fue regularmente la consecuencia del mayor esfuerzo. Los adelantos han llevado, pues, el signo de una pesada perseverancia. Cabe añadir a este complejo panorama el hecho de que los progresos sean provisorios. Nada nos garantiza que las conquistas relacionadas con los derechos humanos, por ejemplo, impidan regresos a la barbarie. Porque, así como se puede realzar la obra del hombre, corresponde asimismo experimentar...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.