La vanagloria y la curiosidad son los dos flagelos de nuestra alma: esta nos lleva a meter la nariz en todo, y aquella nos impide dejar nada sin resolver ni decidir . Michel de Montaigne Nunca me identifiqué con quienes se limitaron a explotar un campo del conocimiento. No ignoro que, trabajando así, con exclusivo ahínco, hicieron aportes de gran importancia para la humanidad. Está claro que, si ansiamos profundizar en un problema determinado, debemos dedicarle tiempo y, cuando resulta muy complejo, esto podría demandar años, incluso décadas, hasta ver cómo nuestro esfuerzo se corona con algún avance significativo. Sin embargo, me inclino por personas que sienten una curiosidad plural. Habiendo tantos aspectos de la realidad por conocer, concentrarnos en uno solo no parecería ser lo mejor. No aludo a la posibilidad de sobresalir en todo; es evidente que, por diferentes factores, solamente algunos alcanzarán un nivel extraordinario. Lo que subrayo es el acierto de alen...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.