-
Luego se fue sin darme un beso, llevándose el libro robado que me había traído de regalo, que fue lo que más me dolió. Jaime Bayly - Mi biblioteca es el bien principal del patrimonio, asaz modesto, que he forjado hasta hoy. A diario, contemplo cada uno de los títulos que llenan mis repisas, pues siento una satisfacción extraordinaria cuando lo hago. Desde luego, experimento el mismo efecto al mirar las pilas de volúmenes que se posan sobre mesas, escritorios y demás muebles. Existen personas con fervores vinculados a otros campos, sujetos que poseen predilecciones e intereses distintos; empero, me parece inconcebible el desprecio de los libros. Admito que, como los lectores impetuosos constituyen una rareza, algunos puedan tachar estas palabras de afectadas, descomedidas, inverosímiles. En cualquier caso, no pediría la pena capital para castigar a esos individuos, aunque sí tendrían mi apoyo quienes propugnaran una revelación pública de su grosería. Debo bastante a esas obras d...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.