El Estado es un mal necesario: sus poderes no deben multiplicarse más allá de lo necesario. Karl R. Popper Cualquier crecimiento del Estado es nocivo para la libertad. Su presencia tiene que estar condicionada al respeto a los individuos. No ha nacido para mortificarlos, sino con el fin de favorecerlos durante su existencia. En este sentido, las molestias que les cause deben ser minúsculas. Lo ideal es que sus mecanismos se activen de manera supletoria. Las insuficiencias que se notan en una convivencia natural motivan su creación. Mediante convenios libres de coerción, somos quienes le fijan límites y objetivos a conseguir. Ello vuelve obligatorio que seamos cautelosos cuando precisemos sus atribuciones; las exageraciones pueden dañarnos gravemente. Al ampliarle las potestades, reducimos nuestra esfera de acción, perturbando la única soberanía que debe ser defendida con intransigencia. Recordemos que, para lograr las metas encargadas por los ciudadanos, aquél cuenta co...
Olviden la ordinariez que infesta nuestra sociedad, los deberes preceptuados por las agendas laborales y el diplomático recurso de no insultar al prójimo... Caerse del tiempo demanda una extravagancia posmoderna: vivir, aunque sea un instante, con total libertad.